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Adicción al tabaco

¿Qué es la deshabituación tabáquica?

Entre los programas más importantes para ayudar a abandonar el cigarrillo, está la llamada deshabituación tabáquica. ¿En qué consiste y cómo combatir el mal hábito del tabaco?

El tabaquismo es una enfermedad crónica de carácter adictivo que ocasiona una gran cantidad de enfermedades por ello es asociada a muerte prematura. Actualmente el tabaco es la causa del 80% de enfermedad pulmonar obstructiva crónica y  del 30% de las muertes por cáncer. El 70% de las personas que fuman quieren dejar de hacerlo pero solo el 10% que lo intenta lo logra cada año.  La deshabituación tabáquica se creó para ayudar al fumador a dejar el cigarrillo y facilitar el proceso.

Un saludable objetivo

La deshabituación tabáquica tiene la finalidad de, mediante el seguimiento médico y el tratamiento farmacológico, ayudar al fumador a dejar el tabaco. Por medio de la evaluación de los profesionales se crea una estructura para el proceso adaptada a cada individuo.  Dependiendo del grado de adicción los tratamientos y recursos necesarios cambiaran.

Para comenzar, se hará una valoración del fumador para saber cómo se encuentra su salud y los posibles riesgos, además de su grado de adicción. Estas consultas incluyen la revisión de un neumólogo que hará una valoración inicial del estado de salud.

En la toma de decisión de administrar fármacos, es importante averiguar el grado de adicción y de motivación para dejar de fumar. Para ello se realiza el test de Fagerström. Si  la puntuación es de 6 a 7 puntos no requiere medicamentos, únicamente la terapia sustitutiva de nicotina TSN. Si es mayor de 7 la adicción es muy elevada y requiere la administración de fármacos.

Diferentes tipos de tratamientos

Existen 3 tratamiento principales para dejar de fumar, la TSN en varias formas, el bupropión y la vereniclina. Por lo general estos tratamientos se administran por 12 semanas, aunque si es necesario podría extenderse por más tiempo.

La terapia sustitutiva de nicotina es un tratamiento que surge para aplacar el síndrome de abstinencia. Con esta terapia se administra nicotina de otras maneras, diferentes al tabaco.  Son cantidades que no crean dependencia pero son suficientes para reducir la abstinencia.

Algunos ejemplos de fármacos

Las vías alternas al cigarrillo para administrar nicotina son por vía oral, nasal y trasndérmica. Por vía oral están los chicles y caramelos de nicotina, las tabletas sublinguales y el inhalador bucal. El inhalador nasal por vía nasal y el parche de nicotina por vía transdérmica.

El bupropión es un polvo blanco y amargo de liberación retardada. Se trata de un fármaco antidepresivo que reduce significativamente los síntomas del síndrome de abstinencia, estos son ansiedad, trastornos del sueño, irritabilidad, entre otros. Este medicamento ha demostrado ser muy eficaz, el 19% de personas que lo han utilizado se han mantenido abstinentes al pasar un año.

La vereniclina es un fármaco específicamente creado para ayudar a los fumadores a dejar el cigarrillo. Este medicamento disminuye la necesidad de fumar y el síndrome de abstinencia porque bloquea los efectos de la nicotina en el sistema nervioso central.  Por otro lado, se elimina por completo en la orina sin metabolización hepática.

Independientemente de cómo se administre la cantidad de nicotina, nunca será igual a la que se consume al fumar un cigarrillo.  Es importante que el individuo cumpla el tratamiento al pie de la letra para evitar recaídas.

La deshabituación tabáquica es un programa excelente que presta apoyo a los fumadores que desean dejar de serlo. Dejar de fumar aporta numerosos beneficios para la salud, reduce el riesgo de muerte prematura y mejora la calidad de vida. Si deseas dejar el cigarrillo este programa es una buena opción para ayudarte.