Las principales ventajas de entrenar con pulsómetro
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Hay corredores, que en lugar de entrenar por sensaciones o tiempos, lo hacen por medio de la frecuencia cardíaca. En este artículo te explicaremos las principales ventajas de entrenar con pulsómetro. Se compone de dos elemento, que son el receptor de muñeca, que suele estar integrado en el reloj, y la corre transmisora que se coloca en el pecho y que se ocupa de controlar los latidos del corazón.
De esta forma mediremos las pulsaciones, que son las ondas que se producen cuando el corazón bombea sangre por las arterias al resto el organismo. Cada pulso hace referencia a un latido del corazón y la manera de expresarlo es por pulsaciones por minuto.
Especial para trabajo aeróbico
El control de la frecuencia cardíaca resulta ideal para cualquier tipo de actividad física, sobre todo si es un trabajo aeróbico. Tampoco es cuestión de obsesionarnos con ello, pero nos servirá de gran ayuda a la hora de controlar nuestros esfuerzos. También evitaremos que se produzcan daños en el corazón al excedernos con las pulsaciones.
Gracias al pulsómetro conseguiremos unos mejores ritmos de carrera, además de una mayor eficiencia en las sesiones preparatorias y una mayor tranquilidad para la salud.
Conoceremos mejor el cuerpo
La mayoría de los corredores opta por entrenar con un cronómetro, gps o un reloj inteligente que le permita controlar la distancia, ritmos o calorías quemadas, pero casi nunca le damos al pulsómetro la importancia que tiene de verdad. En todo momento nos proporciona la debida información sobre el estado de nuestro corazón. De esta manera sabremos si se puede forzar un poco más o no el entrenamiento, o si el cansancio que arrastramos es más bien muscular o es porque estamos llevando al límite la frecuencia cardíaca.
Nos servirá de gran utilidad en el caso de los entrenamientos con intervalos, en donde se combina el ejercicio aeróbico y el anaeróbico. Gracias a este dispositivo estará controlada en todo momento la actividad si conocemos los umbrales en los que debemos manejarnos.
Si somos capaces de conocer las pulsaciones máximas que debemos tener en cada momento podremos prevenir la aparición de daños en el corazón a consecuencia de esfuerzos innecesarios. Hay una fórmula muy sencilla que se viene utilizando desde hace mucho tiempo aunque en realidad los expertos aseguran que no resulta demasiado fiable. Consiste en restar nuestra edad a 220. De esta manera conoceremos la frecuencia cardíaca máxima. No obstante, insistimos en que quizás no sea el método más adecuado, ya que entran en escena una serie de factores como la edad, la cantidad de deporte que se practique o el sexo.
Conseguiremos disminuir en gran medida los peligros cardiovasculares durante el ejercicio si nos mantenemos por debajo de estos valores. De hecho, hay gente que tiene problemas de corazón y que consigue entrenar correctamente gracias al pulsómetro, ya que de esa manera se controla mejor y sabe que no debe rebasar cierta cantidad de pulsaciones.
En los últimos meses han aparecido pulsómetros que no precisan de la banda del pecho para detectar el pulso.