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Hipocondríaco

Las personas hipocondríacas tienen mayor riesgo de muerte

Lo que para algunos científicos era una presunción, se ha confirmado: las personas hipocondríacas tienen mayor riesgo de muerte. Un informe publicado por Infosalus, en Europa Press, informa los detalles sobre estos estudios que han ratificado el peligro casi inherente que supone esta condición para quien la sufre. ¿Qué dicen las investigaciones y cómo convivir con esa situación?

En principio, la conclusión de los expertos es que los hipocondríacos tienen un mayor riesgo de mortalidad. Pero con la buena noticia de que casi siempre se trata de causas prevenibles, incluyendo el suicidio como una de las más probables para explicar su muerte. Más allá de la preocupación que provoca la alta tasa de suicidios entre las personas de esta condición, es una problemática con tratamientos.

Casi el doble de riesgo para los hipocondríacos

Tras analizar a más de 4.100 personas con un diagnóstico de hipocondría y 41.290 personas sin esta afección, rápidamente notaron los especialistas que el riesgo de muerte era mayor en los primeros. Mucho mayor, hasta un 84% más. Hablando obviamente de todas las causas de fallecimiento. Desde enfermedades hasta episodios cardíacos, incluyendo el suicidio.

La hipocondría, o trastorno de ansiedad por la salud, es un inconveniente de orden psiquiátrico que se caracteriza por una gran incertidumbre del individuo respecto de su bienestar físico. La incertidumbre suele ir acompañada de una hipervigilancia y una interpretación catastrófica de los síntomas corporales, por lo que afecta directamente a su calidad de vida y le aísla del resto.

Por lo general, estos sujetos acaban desarrollando conductas esquivas. Buscando el control y la tranquilidad, que nunca llega, terminan volviéndose locos o volviendo locos a quienes les rodean. Y todos los exámenes médicos evidencian que están totalmente sanos y nada les pasa. Y hay un agravante, que es que se cree que la hipocondría está infradiagnosticada porque no hay nadie que se encargue de estos pacientes. El doctor les explica que están bien pero no sigue la evolución del individuo.

Qué es la hipocondriasis

Se define como un trastorno crónico, con una baja probabilidad de remisión sin recurrir a una terapia específica. Resulta muy común, eso sí, que los hipocondríacos reciban algún otro diagnóstico de patología psiquiátrica a lo largo de su vida. Para este estudio, un 85% de los hipocondríacos consultados, suecos de todas las edades, tuvo otra enfermedad psiquiátrica.

4 veces más propensos al suicidio

Las personas con hipocondría tienen un riesgo de muerte por suicidio cuatro veces mayor en comparación con la media.

«Hasta donde sabemos, el riesgo de suicidio en este grupo no se había cuantificado previamente. Una revisión sistemática concluyó que los intentos de suicidio son menos frecuentes entre las personas con hipocondría que entre las personas sin ella», concluyó el  informe. Y el riesgo aumenta notablemente en quienes tienen antecedentes de ansiedad y/o depresión. Pretenden con esto, los autores, que la comunidad médica tome consciencia de que no se puede abandonar al paciente.

El primer diagnóstico debería ser ambulatorio

Los riesgos de muerte, independientemente de las causas que se tomen, fueron mayores entre las personas que recibieron un diagnóstico por primera vez en entornos hospitalarios en comparación con las personas que recibieron un diagnóstico por primera vez en entornos ambulatorios, lo que significa que los pacientes con síntomas más graves o complejos que requieren hospitalización tienen más probabilidades de morir. Por el contrario, el contacto con sus seres cercanos podría ayudar entonces en la recuperación.

Todo esto desvela una gran paradoja: tenerle miedo a la muerte nos acerca a ella. Las personas con hipocondriasis tienen un mayor riesgo de muerte a pesar de sus temores generalizados a la enfermedad y la muerte que quienes no muestran esta preocupación.

Estos hallazgos ilustran una paradoja: la mayoría de las muertes podrían clasificarse como potencialmente evitables.

Descartar los síntomas somáticos de estos individuos como imaginarios puede tener consecuencias nefastas. Se debe hacer más para reducir el estigma y mejorar la detección, el diagnóstico y la atención integrada adecuada (es decir, psiquiátrica y somática) para estas personas.