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Las patatas no engordan, de hecho pueden ser unas buenas aliadas para perder peso

Las patatas: ¿engordan o no?

Las patatas entraron en Europa en el siglo XVI, pero tardaron más de 150 años en ser uno de los alimentos esenciales de la gastronomía del continente europeo. Hoy, este tubérculo forma parte indiscutible de la cocina de medio mundo, por su económico precio, por su versatilidad culinaria y por sus numerosos beneficios nutricionales. Sin embargo, siempre han tenido fama de engordar y de ser poco amigas de la pérdida de peso. ¿Es justa esa reputación?

Patatas y régimen: ¿son compatibles?

Las patatas son ricas en fibra, que se encarga de regular la digestión y nuestro tránsito intestinal, en vitamina C, en vitamina B, que juega un papel determinante en el metabolismo de los carbohidratos, en potasio, hierro, magnesio y flavonoides.

Este tubérculo es una excelente fuente de carbohidratos, que son los culpables de que muchos las demonicen y le atribuyan la fama de ayudar a ganar kilos. Un error, porque una patata cocida o asada solo contiene 110 kcal. Esto supone un contenido energético bastante inferior al que aportan el arroz cocido o la pasta cocida.

Una patata cocida solo contiene 110 kcal.

El problema viene con la forma en las que las ingerimos. La mayoría de las veces lo hacemos fritas, para lo que se necesita gran cantidad de aceite, y con salsas poco saludables, como mahonesa o kétchup, que tienen el doble o el triple de contenido energético.

Hay estudios que han demostrado que cuando se consumen patatas cocidas, asadas o cocinadas al vapor-sin freír en aceite o mantequilla- baja la presión arterial. Además, son más saludables, ya que conservan numerosas vitaminas y fitoquímicos, y ayudan a adelgazar. Sí, como lees. Y es que estas tienen un alto poder saciante, tres veces mayor que la misma cantidad que el pan blanco.

La patata cocinada de manera saludable no engorda y enriquece tu alimentación. Inclúyela en tu dieta y benefíciate de sus propiedades.