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Asociación Española de obesidad

Dr. Cristóbal Morales: «La obesidad es la antesala de más de 200 complicaciones»

Dr. Morales: "La clave del éxito está en hacer prevención antes de que ocurra un evento cardiovascular"

"Lo más destacable es que todas las complicaciones derivadas de la obesidad, se pueden prevenir, gracias a un tratamiento y un abordaje precoz, intensivo y holístico"

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

El Dr. Cristóbal Morales Portillo es especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Vithas Sevilla, centro donde es el responsable Unidad Salud Metabólica, Diabetes y Obesidad Hospital Vithas Sevilla desde octubre 2021. Con más de 145 Ensayos Clínicos realizados en esta área.

Dentro de su trabajo como especialista en diabetes, es el creador del Hospital de Día Diabetes del Hospital Universitario Virgen Macarena desde 2006, así como miembro de la Junta directiva SEEDO. En OKSALUD, entrevistamos al doctor Morales para que nos explique la relación entre obesidad y enfermedades cardiovasculares o sobre los potentes medicamentos que están por llegar en 2024 para corregir esta patología.

Pregunta.- ¿Qué relación hay entre obesidad y enfermedades cardiovasculares?

Respuesta.- Desde hace muchos años conocemos la relación médica existente entre exceso de adiposidad, esa disfunción entre la masa grasa o localización fuera de esa masa, y la incidencia entre enfermedades cardiovasculares como el infarto o el ictus. De hecho, estamos viendo cómo va cobrando relevancia el síndrome cardio renal metabólico, con ese exceso de grasa muy relacionado con una inflamación crónica de bajo grado, y con un depósito de grasa cerca del corazón, grasa epicárdica, que conlleva la aparición de la enfermedad cardiovascular debido a la aterosclerosis y moléculas inflamatorias que tienen relación con los eventos cardiovasculares.

P.- Como en otras enfermedades, ¿es vital la detección precoz de estas patologías en personas con obesidad?

R.- En la obesidad, como en otros riesgos cardiovasculares como la diabetes o la hipertensión, conocer los riesgos es conocer la respuesta; saber que ese exceso de grasa puede llevar a la aparición de enfermedad cartiovascular subclínica o eventos cardiovasculares y con todo ello, llevarnos a tomar la decisión de gestión de la enfermedad, tomando el control con medidas de manera temprana para hacer prevención. La clave del éxito está en hacer prevención antes de que ocurra un evento cardiovascular, aunque también si la persona ya lo ha sufrido, es lo que llamamos prevención secundaria, es decir, tratar de evitar o retrasar la aparición de un nuevo caso cardiovascular porque para tratarla hay que hacerlo a través de la obesidad.

P.-¿Cuáles son las comorbilidades más destacadas de la obesidad?

R.- La obesidad es la antesala de más de 200 complicaciones, por eso, debemos dejar claro que es una enfermedad con mayúscula. Por ello, podemos hablar de cinco tipos de complicaciones con m. La primera, m, es de metabólicas: diabetes tipo 2, hipertensión, dilipemia; eventos cariovasculares. La segunda m pertenece a mecánica, es decir, problemas articulares como artrosis y que limita la capacidad funcional del paciente. La tercera, son las complicaciones mentales: en este respecto nos encontramos con que siete de cada diez pacientes que nos encontramos tienen ansiedad, depresión o trastornos de autoestima. La cuarta m, pertenecería a complicaciones monetarias, que en esta situación afecta a pacientes que se desarrollan en menor medida profesionalmente o tienen menos ingresos… La quinta m sería para aquellos que tienen problemas morfofuncionales, porque, más allá de lo que aparece en una báscula, se encuentran los internos, como el desequilibrio entre masa grasa y muscoloesquelética de manera interna.

Así, a estas más de 200 complicaciones, hay que añadir el cáncer y lo más destacable es, además, que todas ellas se pueden prevenir, gracias a un tratamiento y un abordaje precoz, intensivo y holístico.

P.- La obesidad no es considerada como enfermedad, ¿por qué?

R.- Las sociedades científicas se han posicionado desde hace bastante tiempo en que la obesidad es una enfermedad, por todas las complicaciones y por todo el impacto que tiene en la salud. Tenemos un gran problema de concienciación de la sociedad y la Administración porque sigue en vigor el viejo y obsoleto paradigma de ‘más suela y más cazuela’, culpabilizando a la persona que vive con esta patología de su obesidad. Hay que tener en cuenta que hoy día, la ciencia señala como gran componente de esta obesidad, diferentes causas como: genéticas, epigenéticas, hormonales, disruptor endocrinos, factores ambientales, sociológicos o factores psicológicos.

La obesidad tiene diversas y profundas raíces porque son causa de distintos motivos y además no comienza en la edad adulta, sino que se inicia en la guardería, colegio o en el vientre materno. El primer paso debe ser reconocer el problema y tener la conciencia de que es una enfermedad, para que así, pueda ser tratado y no tener pacientes de primera o segunda categoría. Porque, se debería abordar desde su inicio, es decir, desde la niñez o adolescencia, ya que si no hay un cambio en el estilo en su vida, posiblemente desarrolle obesidad en la edad adulta y las complicaciones que pueden ser prevenibles a tiempo.

P.-Es importante destacar también su reconocimiento como una patología crónica y multifactorial. 

R.- Nadie elige ser obeso y hay que reconocer que es una enfermedad crónica y para toda la vida. Incluso para personas que realizamos una cirugía bariátrica, siguen teniendo el problema cerebral de exceso de apetito y si no hay cambio en el estilo de vida, suele haber una reganancia de peso. Es importante que debemos concienciarnos de que es una enfermedad crónica, como puede ser la diabetes tipo 2, y que hay que mantener el esfuerzo de la alimentación consciente y su seguimiento de toda vida. Debemos tener claro que no se busca perder peso, sino mantener tu mejor peso saludable. Huimos del término peso ideal porque no es exacto, sino que es buscar una pérdida de peso saludable donde nos encontremos mejor y haya un retorno en salud importante con una perdida de entre un 10-15% de tu masa grasa.

En cuanto a la obesidad crónica y compleja, su abordaje debe ser multidisciplinar, por diferentes médicos especializados y por un médido especialista en obesidad; también por nutricionistas, por personal de actividad física, psicólogos y otros profesionales de la salud que intervengan en la prevención de complicaciones de la obesidad. El éxito depende de un abordaje temprano, por lo tanto, o bien se hace desde la atención privada, que tiene un más fácil acceso a los equipos especializados, o desde Atención Primaria, donde se hará un diagnóstico con mucho respeto, con mucha honestidad en gordofobia, para rápidamente, tratar de poner solución, no sólo de manera individual sino también desde el ámbito familiar o social. Un dato más, una de cada dos personas que viven en España, tiene sobrepeso y obesidad.

P.- ¿Está la sociedad sensibilizada sobre esta enfermedad y sus serias consecuencias sobre la salud?

R.- A veces el código postal influye más que tu código genético y así desde el covid hemos detectado un creciente interés por ciertos sectores de la sociedad por cuidarse en salud y en envejecimiento saludable; pretenden comer mejor, hacer ejercicio…, pero es verdad que en la obesidad hay una brecha sociocultural en las áreas más desfavorecidas y ello tiene más incremento en la prevalencia de obesidad. Los mapas de esta patología en España son espejo de la renta per cápita. Como decía antes, hay claramente una brecha importante que golpea con más fuerza a las personas desfavorecidas. Por ello, desde SEEDO abogamos por un plan nacional integral en todo el país, con una actuación integral, con diagnóstico cercano de precisión y, por supuesto, un tratamiento adecuado que no sólo va a ser farmacológico, sino de vida saludable y ayudado de manera individual sobre lo que a cada uno precise como necesario en cada momento: en tratamientos farmacológicos, terapia endoscópica o cirugía metabólica. Todo ello, en función de cada paciente.

P.- Háblenos de tratamientos, porque hay mucha controversia con ellos. Algunos por sus efectos secundarios y, otros, porque afectan directamente a las prescripciones de diabéticos. 

R.- La primavera de nuevos tratamientos farmacológicos no es un milagro, es ciencia pura y de hecho la revista Science, lo cataloga como la innovación de 2023. Hay muchísima ciencia detrás de la obesidad; afortunadamente, cada vez hay más potentes medicamentos y mejores soluciones, pero debemos recordar que siempre bajo un abordaje experto o multidisciplinar y mantenido en el tiempo. El exceso de adiposidad es la antesala de la diabetes tipo 2, cuanto antes podamos intervenir mucho mejor para dar más años de vida a este paciente, evitando en ese tiempo, las complicaciones que se pueden derivar. Por suerte, han pasado de ser fármacos de portada de revista rosa, a ser tratados por la prensa especialista en salud. Llevamos con estos fármacos más de 20 años en diabetes y obesidad, y en estos momentos también con beneficio demostrado en disminución de eventos cardiovasculares en personas obesas.

P.- ¿Qué opina sobre los nuevos fármacos?

R.- Hay que recordar que esta familia de receptores está indicado en Europa para personas con sobrepeso, para pacientes con un índice de masa corporal por encima de 27, con enfermedades asociadas a la obesidad, o con un índice mayor de 30. Están indicados con ficha técnica y, en 2024, tendremos la entrada de los GLP1 semanales, que serán aún más potentes. Pero debemos recalcar que no son fármacos para adelgazar, son medicamentos para ayudar a mantener un hábito de vida saludable, para personas que previamente han fracasado en su experiencia previa con la mal llamada dieta.

Vamos a buscar no perder peso, sino ganar en salud; en tener un gran retorno saludable, teniendo nuestro mejor peso. Mi visión en líneas generales es muy positiva. Son fármacos potentes, eficaces y seguros, tal y como se han demostrado en los ensayos clínicos y, por eso, están aprobados por la Agencia Reguladora en Obesidad. Simplemente, requieren un manejo por grupos expertos en obesidad, personal multidisciplinar y mantenido en el tiempo, para sacarles su mayor beneficio y no un uso frívolo en el mercado negro y aplicado de cualquier forma. Por ello, quiero hacer un llamamiento porque son tratamientos muy potentes y debemos hacer un uso correcto, con precisión, control y seguimiento médico.