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Victor Ambros y Gary Ruvkun ganan el Nobel de Medicina por el descubrimiento del microARN en la genética

El Premio Nobel de este año reconoce a dos científicos por haber descubierto un principio fundamental que regula la genética

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Los investigadores Victor Ambros y Gary Ruvkun han sido galardonados con el Premio Nobel de Medicina 2024 por sus descubrimientos sobre los microARN, una nueva clase de pequeñas moléculas de ARN que desempeñan un papel crucial en la regulación genética, según anunció este lunes el Instituto Karoli.

El Premio Nobel de este año reconoce a dos científicos por haber descubierto un principio fundamental que regula la actividad genética. «Los microARN han demostrado ser esenciales para el desarrollo y funcionamiento de los organismos», afirmó la Real Academia Sueca de las Ciencias, encargada de anunciar el primero de los galardones de los Nobel de 2024, que premian seis categorías: Fisiología o Medicina, Física, Química, Literatura, Paz y Ciencias Económicas

Victor Ambros, nacido en 1953 en Hanover, y Gary Ruvkun, nacido en 1952 en Berkeley, ambos estadounidenses, se interesaron en cómo se desarrollan los distintos tipos de células. Descubrieron los microARN, unas diminutas moléculas de ARN fundamentales para la regulación genética.

Su descubrimiento revolucionario reveló un principio completamente nuevo de regulación genética que resultó ser esencial para los organismos multicelulares, incluidos los humanos. Ahora se sabe que el genoma humano codifica más de mil microARN. Su sorprendente descubrimiento reveló una dimensión completamente nueva de la regulación genética. Los microARN están demostrando ser fundamentalmente importantes para el desarrollo y el funcionamiento de los organismos.

A finales de los años 1980, Ambros y Ruvkun fueron becarios postdoctorales en el laboratorio de Robert Horvitz, que recibió el Premio Nobel en 2002, junto con Sydney Brenner y John Sulston. En el laboratorio de Horvitz, estudiaron un gusano redondo de 1 mm de largo. A pesar de su pequeño tamaño, C. elegans posee muchos tipos de células especializadas, como células nerviosas y musculares que también se encuentran en animales más grandes y complejos, lo que lo convierte en un modelo útil para investigar cómo se desarrollan y maduran los tejidos en organismos multicelulares.

Estos descubrimientos han sido un nuevo principio de regulación genética, mediado por un tipo de ARN previamente desconocido, que era el microARN. Los resultados fueron publicados en 1993 en dos artículos en la revista Cell. Aunque los resultados eran interesantes, el inusual mecanismo de regulación genética se consideró una peculiaridad de C. elegans, probablemente irrelevante para los humanos y otros animales más complejos.

Esa percepción cambió en 2000, cuando el grupo de investigación de Ruvkun publicó su descubrimiento de otro microARN, codificado por el gen let-7. A diferencia de lin-4, el gen let-7 estaba altamente conservado y presente en todo el reino animal. El artículo despertó un gran interés y, en los años siguientes, se identificaron cientos de microARN diferentes.

«Hoy sabemos que hay más de mil genes para diferentes microARN en humanos, y que la regulación genética por microARN es universal entre los organismos multicelulares. Además de la cartografía de nuevos microARN, los experimentos de varios grupos de investigación han esclarecido los mecanismos de producción y transporte de los microARN a secuencias diana complementarias en los ARNm regulados.