Los médicos ignoran a Mónica García y piden reunirse con Yolanda Díaz para abordar la reforma laboral
Exigen a Díaz que se implique en la negociación para "impedir" que el colectivo médico y facultativo sea "discriminado"


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Los médicos plantean una batalla abierta contra la ministra de Sanidad, Mónica García, debido a su negativa a incluir sus demandas en la futura reforma laboral. A raíz de este rechazo, además de convocar una huelga para el próximo 23 de mayo, exigen ahora una reunión con la vicepresidenta Yolanda Díaz. Este giro se produce como respuesta a una ministra que, según los médicos, ha intentado dividir al colectivo profesiolnal con el apoyo de los sindicatos independentistas catalanes y vascos.
La Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM) ha solicitado una reunión con la ministra de Trabajo y Economía Social Yolanda Díaz, para trasladarle el «agravio» de las condiciones laborales de los profesionales que supone el borrador del Estatuto Marco, un texto que ha causado un rechazo generalizado entre los médicos y que ha provocado numerosas movilizaciones contra el Ministerio de Sanidad.
El organismo ha pedido a Díaz que se implique en el proceso de negociación del documento para «impedir» que el colectivo médico y facultativo sea «discriminado» respecto a las mejoras laborales que la propia ministra «sí está defendiendo para todos los trabajadores», subrayando que, mientras Díaz «está peleando para rebajar la jornada laboral a los trabajadores a las 35 horas», Sanidad «quiere aprobar una norma que discrimina a los médicos y facultativos imponiéndoles una jornada muy superior a la del resto de trabajadores».
En ese sentido, la confederación ha explicado que los médicos mantienen una jornada de hasta 48 horas semanales en cómputo semestral, a las que se pueden sumar 150 horas adicionales de la llamada «jornada especial», y a las que se añaden las guardias, que son «tiempo de trabajo extra y obligatorio que cuentan con una regulación especial», y que no considera que se deban retribuir como horas extraordinarias ni computan como tiempo trabajado a efectos de la jubilación.
Esta situación ha llevado a que CESM, junto con el Sindicato Médico Andaluz (SMA), haya registrado en el Congreso de los Diputados una petición de reunión para todos los grupos parlamentarios con representación en la Cámara Baja, de forma que puedan abordar el borrador de Estatuto Marco y trasladar así su rechazo, buscando que, en caso de que el texto supere los trámites necesarios para llegar a su debate y votación, los responsables políticos «cuenten con toda la información disponible» para hacerlo; El Grupo Parlamentario Popular les recibirá este martes en el Congreso.
CESM, en coordinación con SMA, han convocado una nueva manifestación para el próximo 22 de marzo en Madrid, a la que han invitado a unirse a todos los profesionales del Sistema Nacional de Salud, y la primera jornada de huelga que se llevará a cabo el próximo 23 de mayo.
Una pésima reforma laboral
Los médicos han insistido en que el texto que ha presentado el ministerio «resulta inadmisible» para una profesión que lleva años sintiéndose «maltratada», y para la que algunas de las medidas que se recogen contribuirán a provocar una fuga de profesionales del Sistema Nacional de Salud. En este sentido, los sindicatos confederados han señalado que son necesarias una serie de mejoras, como un sistema de jubilación voluntaria y flexible entre los 60 y 70 años y una jubilación parcial para el personal estatutario, que la Medicina sea considerada como profesión de riesgo o que se elimine el sistema de incompatibilidades que recoge el borrador, tanto para Jefes de Sección y Servicio como para los especialistas en los 5 años siguientes a terminar el MIR.
El colectivo no se puede permitir que se empeoren aún más sus condiciones laborales, especialmente en cuanto a jornada, ya que mientras desde el Gobierno central se está trabajando activamente por reducirla para todos los trabajadores a 37,5 horas semanales, los médicos ven cómo se les impone una jornada máxima de 48 horas semanales.
Los sindicatos han recordado que lo que se exige es «una jornada laboral con las mismas características que las de cualquier trabajador», que se elimine la obligatoriedad de «la jornada complementaria o jornada de guardia», que se limiten las horas de trabajo continuado y se regulen las guardias localizadas; que el descanso tras la guardia sea obligatorio y computar como tiempo trabajado, y que el tiempo de guardia compute para la jubilación. Exigir, en definitiva, que se cumpla la legislación europea sobre jornada y salud laboral.