Más de la mitad de los implantes dentales que se colocan al año tendrán enfermedad periimplantaria
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Los implantes colocados en la boca están sometidos a los mismos riesgos de infección y probable pérdida que los dientes, siendo la periimplantitis la principal amenaza de fracaso para este tratamiento. «La prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades periimplantarias es un tema de extrema importancia, que todos los odontólogos y especialistas debemos conocer y que debe despertar el interés social», asegura la Dra. María Elisa Galarraga-Vinueza, profesora de Tufts School of Dental Medicine (Boston), quien apoya esta consideración en algunas cifras que invitan a la alerta y la reflexión.
Y es que, según ha mostrado en una ponencia presentada en el Congreso de la Periodoncia y la Salud Bucal (Sepa23+FIPP), que se inicia en Sevilla, «la prevalencia de las enfermedades periimplantarias es significativa, con tasas de alrededor del 40% para la mucositis y del 22% para la periimplantitis, lo que supone que más de la mitad de los implantes dentales que se colocan al año se verán afectados por una enfermedad periimplantaria”.
En un simposio precongreso, organizado conjuntamente por la Sociedad Española de Periodoncia (Sepa) y la Federación IberoPanamericana de Periodoncia (FIPP), esta especialista ha mostrado, a modo de ejemplo, datos de Estados Unidos, donde se colocan 5 millones de implantes al año. Así, según estima, «esperamos tener más de 2 millones de implantes comprometidos biológicamente en un solo país por año»; por lo tanto, asegura, «creemos que estamos ante un problema de salud preocupante».
En el caso de España, el estudio epidemiológico de ámbito nacional más importante llevado a cabo en este ámbito («Prevalence and risk indicators of peri-implant diseases in Spain» publicado en «Journal of Clinical Periodontology»), indicaba una muy alta prevalencia de enfermedades periimpantarias en nuestro país. Al menos 1 de cada 4 pacientes que tienen un implante dental (un 24%) desarrollan periimplantitis a medio plazo (seguimiento medio de 9 años); y, si le suma también la mucositis (un 27%), esta cifra aún se incrementa más, de manera que más de un 50% de las personas que se someten a terapia de implantes dentales presentan alguna de estas dos enfermedades (periimplantitis y/o mucosistis).
Situación en Europa y Latinoamérica
Los estudios más recientes evidencian que la epidemiologia es similar en Europa y en los países latinoamericanos (LATAM); sin embargo, como puntualiza esta experta, «el incremento de la prevalencia de las enfermedades periimplantarias se asocia a el número de implantes que se colocan en la población de estudio». Según los últimos análisis de mercado, en Europa se colocan más implantes dentales que en América Latina; por eso, como deduce la Dra. Galarraga-Vinueza, «se podría esperar que la prevalencia de las enfermedades periimplantarias sea más significativa y un problema de salud más acusado y acelerado en Europa».
También se atisban diferencias relevantes entre países en la manera de hacer frente a este problema de salud. «Aunque la perspectiva preventiva es muy similar, se aprecian distintos tipos de enfoques terapéuticos», apunta la Dra. Galarraga-Vinueza, que, en base a su experiencia acumulada en Ecuador, Brasil, Alemania y Estados Unidos, concluye que «LATAM y Europa tienen una visión más conservadora en el tratamiento, para preservar o tratar de ‘salvar’ los implantes comprometidos, en contraste con la visión norteamericana, donde se sigue una tendencia más tajante y se prefiere retirar el implante comprometido». En la actualidad, como profesora de posgrado en Boston, esta experta aboga por crear un balance y enseñar a sus alumnos las ventajas y desventajas de ambas visiones de acuerdo a cada caso.
Prevención, la mejor solución
Ante esta situación, los expertos reunidos en este foro consideran que la clave es la prevención de las enfermedades periimplantarias, ya que aún el tratamiento es un campo de estudio que no ha permitido obtener una terapia «gold standard».
También es fundamental un diagnóstico precoz, permitiendo prevenir la evolución de lesiones periimplantares hacia formas más graves y que conlleven extensas pérdidas óseas. La incorporación de métodos diagnósticos avanzados de Imagen y el empleo de nuevos biomarcadores resulta esencial en estos momentos para un temprano diagnóstico de las enfermedades periimplantarias, ayudando a contrarrestarlas en una etapa reversible. Según declara la experta de la Universidad de Tufts, «la sonda periodontal nos ha guiado en el diagnóstico durante mucho tiempo, pero otras nuevas herramientas tecnológicas podrían ser de mayor alcance y especificidad».
En este contexto, como recomienda la experta del Tufts School of Dental Medicine de Boston, «la educación de nuestros pacientes y especialistas es crucial para reducir la prevalencia de las enfermedades periimplantarias»; sin duda, que tengamos un futuro mejor en este ámbito «depende de la prevención de la enfermedad, la educación de nuestros pacientes, así como del óptimo seguimiento y mantenimiento de los tratamientos». En concreto, se demanda a los especialistas que dominen el correcto diagnóstico, hagan un adecuado seguimiento de los implantes y ofrezcan un constante mantenimiento a lo largo del tiempo. A los pacientes se les solicita, en cambio, que aprendan a higienizar correctamente sus implantes y que cumplan con las visitas de mantenimiento.
¿Qué son y qué consecuencias tienen?
Las enfermedades periimplantarias son patologías inflamatorias de origen infeccioso en los tejidos que rodean un implante dental que se encuentra en función y osteointegrado. Se trata de enfermedades cada vez más frecuentes (erigiéndose en las complicaciones más frecuentes en la restauración con implantes), que tienen un enorme impacto en la supervivencia del implante dental y engloban principalmente a dos patologías (la mucositis y la periimplantitis).
La mucositis periimplantaria es una inflamación de la mucosa que rodea al implante, sin que haya afectación del hueso en el que el implante ha sido colocado; habitualmente se diagnostica por la presencia de sangrado a la exploración (al sondaje) y ausencia de pérdida ósea en la radiografía. Para evitar el avance de la enfermedad periimplantaria, y prevenir el desarrollo de periimplantitis, es esencial la prevención y el tratamiento de la mucositis periimplantaria
En la periimplantitis, además de existir inflamación de los tejidos blandos periimplantarios (y, por consiguiente, sangrado), se produce la pérdida progresiva del hueso que aloja al implante y que es apreciable en una radiografía. El avance de esta enfermedad puede terminar con la pérdida del implante.
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