OkSalud
medicamentos

Insulina para la diabetes sin pinchazo: la revolución de la crema que atraviesa la piel

Las inyecciones de insulina suponen, para muchos pacientes, una barrera psicológica y un motivo de baja adherencia al tratamiento

La posibilidad de administrar insulina sin agujas está más cerca de convertirse en realidad gracias a un avance científico que ha llamado la atención de la comunidad médica. Un equipo de investigadores ha desarrollado un polímero inteligente, denominado OP, capaz de transportar insulina a través de la piel en forma de crema. El hallazgo abre la puerta a un futuro en el que las inyecciones, imprescindibles para millones de personas con diabetes, podrían sustituirse por una aplicación tópica indolora y sencilla. Así, un equipo internacional encabezado por investigadores de la Universidad de Zhejiang (China) con la colaboración del Imperial College London ha desarrollado este avance.

El polímero OP posee una característica clave: cambia de carga eléctrica en función del pH. En la superficie de la piel, donde el ambiente es más ácido, se carga positivamente y logra adherirse al estrato córneo, la capa más externa y hermética de la epidermis. Conforme avanza hacia capas más profundas, donde el pH es más neutro, adopta un estado casi sin carga, lo que le permite deslizarse entre las células sin quedar atrapado. Esta propiedad inédita es lo que posibilita que transporte moléculas grandes, como la insulina, que normalmente no pueden atravesar la piel.

Para comprobar su eficacia, los científicos unieron la insulina al polímero formando un complejo llamado OP–insulina, que fue probado en ratones diabéticos y posteriormente en minicerdos, un modelo animal con piel muy similar a la humana. En ambos casos, los resultados fueron sorprendentes: tras aplicar la crema sobre la piel, los niveles de glucosa descendieron hasta valores normales en aproximadamente una hora. En los minicerdos, el efecto se mantuvo durante hasta doce horas, lo que sugiere una absorción estable y sostenida. Además, los estudios no registraron irritación ni inflamación cutánea, y tampoco daños en órganos internos, lo que indica un perfil de seguridad preliminar favorable.

La importancia de este avance va mucho más allá de la comodidad. Las inyecciones de insulina suponen, para muchos pacientes, una barrera psicológica y un motivo de baja adherencia al tratamiento. Eliminar las agujas podría mejorar drásticamente la calidad de vida y fomentar una gestión más constante y responsable de la enfermedad. Además, un sistema de liberación prolongada como el observado en animales podría ayudar a reducir fluctuaciones en la glucosa y ofrecer un control más estable.

Medicamentos biológicos

A pesar del entusiasmo que despierta, los expertos advierten que aún quedan etapas cruciales por delante. El complejo OP–insulina se ha probado únicamente en modelos animales y en piel humana en laboratorio, por lo que todavía son necesarios ensayos clínicos en personas para demostrar su seguridad y eficacia reales. También será fundamental garantizar que la dosis administrada mediante la crema sea predecible y precisa, algo más complejo que en una inyección convencional. Por último, habrá que determinar si este método puede producirse a gran escala y a un coste asumible.

Si estas barreras se superan, la insulina tópica podría marcar un antes y un después en el tratamiento de la diabetes. El mismo polímero OP incluso podría utilizarse para administrar otros medicamentos biológicos que hasta ahora solo podían inyectarse. Por primera vez, una tecnología de este tipo muestra resultados sólidos y repetidos, y ofrece un camino realista hacia un futuro sin pinchazos para millones de pacientes.