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La importancia de ofrecer un cuidado personalizado al paciente con cáncer: el éxito del proyecto HOPE

Las herramientas que están a disposición de la comunidad médica y científica son elementales para crear sistemas de atención sanitaria más eficientes que brinden, además, una atención mejorada cada día a los pacientes. No sólo en atención física como una cirugía, una cura o una visita a los especialistas, entre otros, sino también una atención antes y después de su visita al espacio hospitalario a través de la digitalización y la innovación.

Y es que la satisfacción tanto del personal sanitario como la de los pacientes debe ser siempre positiva. Por esa razón, los centros hospitalarios están trabajando y poniendo en marcha innovadores proyectos donde el big data, la Inteligencia Artificial o la teleasistencia que han conseguido mejorar exponencialmente la gestión y capacidad de la red asistencial, la atención al paciente y, sin duda, la salud de los enfermos.

Este es el caso del proyecto HOPE, HOspital de Día PErsonalizado, una innovadora iniciativa asistencial –que nació hace tres años– impulsada y liderada por la Dra. Cristina Caramés, jefa asociada y coordinadora del Área de Tumores Digestivos del Servicio de Oncología Médica de la Fundación Jiménez Díaz, junto al equipo de este servicio en el hospital madrileño, que supone un cambio de paradigma y un nuevo modelo de atención basado en valor y centrado en el paciente.

Innovación tecnológica y equipo multidisciplinar

El proyecto se basa en la innovación tecnológica y en la implantación de una unidad de práctica integrada para mejorar los resultados clínicos y transformar el status quo del tratamiento del cáncer. La Dra. Caramés, en este sentido, explica que lo que hacen es «crear un equipo integrado por todos los actores del proceso –enfermería, oncólogos, profesionales de Sistemas de la Información, Laboratorio y farmacéuticos– para coordinar la atención al paciente oncológico que requiere tratamiento en Hospital de Día como un análisis de sangre, la visita a la consulta de la enfermera y el oncólogo o la preparación del tratamiento por parte del Servicio de Farmacia, etc., eliminar actos y esperas entre los mismos que no le aportan valor –ni a él ni a los profesionales sanitarios–, para que sean éstos y el equipamiento clínico los que se muevan en torno al paciente, al sillón en el que recibe el tratamiento, y no viceversa».

El proyecto HOPE de la Fundación Jiménez Díaz, según detalla la líder de la iniciativa, ha sido un gran reto. Sin embargo, también reconocen que ha habido un impacto muy positivo en los pacientes oncológicos. Además, este innovador proyecto busca resultados positivos no sólo en la curación, que por supuesto, sino también en la manera de llevarla a cabo haciendo la vida más cómoda a los pacientes y a los sanitarios.

«Es decir, nos preocupa no sólo que el paciente se cure o reciba el tratamiento más adecuado, sino también que el proceso interfiera lo mínimo en su vida cotidiana, en su trabajo y en sus relaciones personales»., explica la Dra. Caramés.

Un impacto muy positivo en los pacientes oncológicos

Tras más de tres años de funcionamiento, el proyecto HOPE ha dejado patente que funciona, ya que son muchos los pacientes que han visto mejorar su día a día con un proceso de atención y asistencia tan centralizado y cómodo.

El reporte de los pacientes, detallan desde la Fundación Jiménez Díaz,ha dejado patente que la puesta en marcha de HOPE ha mejorado significativamente la experiencia de atención oncológica, con un aumento del NPS (Net Promotor Score, herramienta que indica la satisfacción del paciente midiendo su predisposición a recomendar un servicio tras haber sido atendido en él) del Hospital de Día del 75 al 95% entre 2018 y 2021.

Algunos de los cambios que más valoran los pacientes es la disminución de los tiempos de espera y los desplazamientos, el acceso instantáneo a su equipo asistencial a través del Portal del Paciente –app del hospital– y, en general, la atención más centrada en ellos.

«Hemos observado una mejora drástica en los resultados clínicos, con una disminución de hasta el 38% en los ingresos hospitalarios por toxicidad grave del tratamiento del cáncer», explica la Dra. Caramés.

Gestión más eficiente de los tiempos

Beneficios que, además, se suman a la reducción del 97% del tiempo total que se tarda en recibir un tratamiento, pasando de tiempos medios de 9-13 horas a un promedio de 2 a 3 horas, gracias a la eliminación de todo el tiempo espera entre citas y los viajes innecesarios.

Así como la disminución en un 62% de las citas innecesarias entre ciclos, lo que ha proporcionado a los oncólogos más tiempo para centrarse en lo realmente clave: ofrecer una atención verdaderamente centrada en el paciente.

En este sentido, HOPE también ha reducido la carga administrativa del oncólogo en un 98% gracias a la definición, estandarización e integración de cada protocolo de tratamiento dentro de la historia clínica electrónica (HCE), mejorando la percepción del valor de su trabajo de médicos y enfermeras.

Para conseguir todo ello, y superando desafíos como la resistencia inicial de algunos profesionales implicados en el nuevo modelo de atención, explican desde la Fundación Jiménez Díaz, ha sido necesaria una amplia coordinación entre todos los departamentos involucrados en el proyecto, incluidos los miembros no clínicos, y la redefinición de roles y el empoderamiento de la Enfermería.

El reto de la estandarización en los procesos

Desde el principio, HOPE incorporó cuatro aspectos fundamentales que convirtió en sus pilares: la estructuración de la recogida de datos clínicos en consonancia con la evidencia científica y los programas de calidad de mayor reconocimiento internacional y la estandarización del proceso a fin de reducir los errores derivados de la variabilidad individual; los sistemas “point of care” en el Hospital de Día para obtener los resultados del análisis de sangre en menos de 5 minutos; la automatización de la solicitud de prestaciones y las citaciones para unificar cuatro citas en una; y la integración del Portal del Paciente con la HCE, que permite al paciente comunicarse con el equipo médico o de enfermería desde dónde desee hacerlo y siempre que lo necesite.

«La última novedad incorporada al proyecto fue precisamente en este último apartado: AI-ON: Asistencia Inteligente en Oncología», añade la especialista de la Fundación Jiménez Díaz.

Se trata, en concreto, de un asistente virtual para la atención de síntomas frecuentes y la resolución de dudas de estos pacientes en tiempo real basado en un modelo de inteligencia artificial que utiliza un ‘chatbot’ integrado en el Portal del Paciente y en la HCE del usuario, y que desde 2021 ha arrojado resultados muy positivos para los pacientes en términos de salud y experiencia, y para los facultativos en materia de eficacia en la gestión.

En este sentido, la Dra. Caramés destaca que HOPE ha demostrado que «trabajando en equipo, creando un entorno de trabajo más seguro y confortable e implicándonos más en el proceso de salud de los pacientes, hemos mejorado nuestra relación con ellos y su experiencia, y hemos ayudado a darles vida y a interferir lo menos posible en el día a día para que, no solamente puedan curarse, sino también sentirse mejor durante su tratamiento».

«Nosotros nos beneficiamos de este proyecto de forma absoluta porque, gracias a él, los profesionales, además de aportarnos la curación, nos ayudan, con su humanidad y atención, a que todo sea muchísimo más fácil», comenta Roser C., paciente de HOPE.

Por su parte, Pablo V., afirma que «habéis conseguido que muchos podamos hacer una vida casi normal, lo que nos ha permitido recibir la fuerza de nuestra familia, de nuestro trabajo y entorno. Aunque eso no siempre aparezca en las publicaciones científicas, es muy importante para nosotros en la lucha contra una enfermedad larga como esta».