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Herpes zóster: ¿por qué aparece en la piel y por qué es tan importante tratarlo en las primeras 72 horas?

Los especialistas destacan la importancia de diagnosticar cuanto antes el herpes zóster para iniciar el tratamiento en las primeras 72 horas.

Un diagnóstico a tiempo siempre es una batalla más sencilla de ganar, sobre todo cuando hablamos de infecciones y virus. En el caso del herpes zóster, una erupción que se manifiesta en la piel a modo de sarpullidos o ampollas y que es causada por el virus de la varicela-zóster. Es decir, tras haber sufrido la dolencia, el virus permanece en el organismo.

Ante ello, es importante iniciar tratamientos antivirales cuanto antes, preferiblemente en las primeras 72 horas, tal como alertan los especialistas dermatológicos. Defienden, además, los doctores Ignacio Valenzuela y Juan Luis Sanz, especialistas del servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Córdoba, que es fundamental realizar un diagnóstico precoz porque, en algunas ocasiones, puede ser complicado teniendo en cuenta que en la fase inicial puede presentarse sólo con dolor, sin lesiones dermatológicas.

Han recordado, además, que el herpes zóster es una enfermedad que afecta a los nervios periféricos y a la piel, sobre la cual puede producir pequeñas ampollas dolorosas que se suelen agrupar entre sí y se distribuyen de forma lineal a lo largo de una franja del cuerpo que se denomina dermatoma.»Por eso esta enfermedad se conoce como «culebrilla» de manera coloquial. Esta enfermedad aparece únicamente en personas que han pasado la varicela. Es decir, alrededor del 95% de la población en España».

La incidencia entre la población sube en los últimos años

Tras esta primera infección, el virus queda latente en los ganglios sensitivos del paciente, explican, pudiéndose reactivar en caso de una bajada de defensas. «Es por esta razón, que el herpes zóster tiene una mayor incidencia en individuos de edad avanzada y en aquellos que tienen alterada su respuesta inmune debido a enfermedades o a estar sometidos a tratamientos inmunodepresores», apuntan los dermatólogos.

La incidencia del herpes zóster en la población general es de 3-4 casos por cada 1.000 habitantes, incrementándose a partir de los 50 años y llegando a multiplicarse por 3 a partir de los 80. A partir de los 50 años, una de cada 3 personas padecerá un herpes zóster, aumentando el riesgo en pacientes inmunodeprimidos o con patologías crónicas.

Los especialistas alertan, además, de que en los dos últimos años la incidencia del herpes zóster en España ha subido de forma considerable, posiblemente debido a que, según indican algunos estudios, «las personas diagnosticadas de Covid-19 pueden presentar mayor riesgo de reactivación del virus varicela-zóster».

¿Cómo son los síntomas de este herpes?

Los especialistas de Quirónsalud Córdoba han señalado que los síntomas del herpes zóster suelen comenzar con un dolor intenso localizado en la zona del nervio afectado, habitualmente el tronco, una extremidad o la cara. A continuación suelen aparecer ampollas muy características que con el tiempo se secan produciendo una costra.

Un porcentaje importante de los pacientes desarrolla una sensación dolorosa, ardiente o punzante en la zona afectada, que se conoce como neuralgia post herpética. Esta neuralgia suele persistir tras la resolución de las lesiones cutáneas, y puede durar meses, incluso años, afectando de forma muy significativa a la calidad de vida del paciente.

«Cuando el herpes zóster afecta al área del nervio trigémino pueden producirse otras complicaciones como pérdida de visión o de audición, vértigos o parálisis facial. Menos frecuentes, pero también importantes, son las complicaciones neurológicas y vasculares que pueden desembocar incluso en ictus», ha señalado el Dr. Valenzuela.

Por eso, alertan los dermatólogos, la única manera de prevenir esta enfermedad es mediante vacunación. «Actualmente, hay una nueva vacuna para prevenir el herpes zóster, que está indicada a partir de los 50 años en población general o bien a partir de los 18 años en pacientes con mayor riesgo», concluye el Dr. Sanz.