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Grasas saludables

Las grasas más saludables que debes incorporar en tu dieta

Ya debes saber lo importante que es eliminar las grasas malas de tu régimen alimentario, sino que además debes tomarte la molestia de incluir, todos los días, grasas más saludables en la dieta. Esto es así por las últimas evidencias científicas, que se han encargado de clasificar los tipos de grasas en estas dos alternativas, a partir de sus diferentes efectos sobre el cuerpo humano.

A partir de la certeza de la necesidad de incorporar grasas saludables entre los alimentos que forman parte de nuestra dieta diaria, es fundamental saber cuáles son esas opciones que nos permiten ofrecerle al cuerpo los nutrientes que requiere, sin caer ya en la ingesta de grasas malas.

El caso es que estos lípidos imprescindibles realmente hacen un favor al organismo, contribuyendo con su energía a tener esta capacidad disponible para cuando realizamos actividades demandantes, como así también a la hora de facilitar la absorción de vitaminas o regular el nivel de colesterol.

Si efectivamente logramos dejar de lado las grasas trans y aportar ácidos grasos esenciales para la multiplicación y generación de células, actuando en el equilibrio del funcionamiento cerebral.

Beneficios de las grasas más saludables

En resumen, algunas de las propiedades de las grasas saludables, siempre que se las consuma de manera moderada, pasan por la reducción de los triglicéridos y con ello del riesgo de sufrir arritmias, la disminución del colesterol malo o LDL, el refuerzo de las defensas, baja presión arterial, y la limpieza de las arterias, consiguiendo que la placa no se almacene dentro de éstas.

¿Qué alimentos tienen grasas saludables?

La mayoría de las grasas monoinsaturadas están presentes en alimentos de origen vegetal, siendo muy recomendables algunos de ellos como los frutos secos (nueces, almendras, maní), las aceitunas, el aguacate, el cacahuate y los aceites vegetales, como el de oliva.

Como ves, es probable que tu dieta ya tuviera un buen porcentaje de estas tan beneficiosas, incluso cuando no estuvieras prestándole demasiada atención a ello, y es que una de las indiscutibles ventajas de estos alimentos es que dan sensación de saciedad, y son muy sabrosos.

Justamente por esta razón, el verdadero problema pasa por no excedernos en su consumo, dado que si guardamos más energía de la que nos hace falta a partir de su ingesta, corremos el riesgo de que ésta acabe acumulándose y el exceso se convierta en sobrepeso con el paso de los años.

De todos modos, deberías consultar a un nutricionista para mayor exactitud en las cantidades.