OkSalud
disminución del dolor

La fisioterapia es la gran aliada para preparar tu parto

El dolor en el parto es un proceso fisiológico del mismo. El parto duele, lo que no es sinónimo de sufrimiento. Tan sólo el 7-10% de los partos son indoloros. Su ritmo es personal, impredecible e incodificable. No es comparable con ningún otro dolor. Arantxa Saldise es fisioterapeuta experta en atención a mujeres antes, durante y después del embarazo.

¿Existen técnicas para disminuir el dolor en el parto?

Claro que existen técnicas para disminuir o controlar el dolor de parto. El parto es un proceso autónomo involuntario, condicionado por el entorno, las emociones, las creencias y lo que sucede alrededor. Por ello podemos realizar técnicas para influir y modificar la sensación de dolor.

La percepción del dolor disminuye, por ejemplo, en ambientes más hogareños, con temperatura cálida, con libertad de movimiento y expresión, con luz tenue, etcétera. Y aumenta si existe sufrimiento, miedo, desconfianza, alguna amenaza por el incremento de la producción de las hormonas del estrés, adrenalina y cortisona, frente a las que reducen el dolor, como puede ser la oxitocina.

¿En qué consisten?

Como cada mujer es diferente y tiene unas expectativas de su parto existen diferentes técnicas para aliviar el dolor. Todas estas técnicas son compatibles entre ellas y los profesionales sanitarios debemos apoyar a las mujeres en ese momento, darles calidez e implicarles en la toma de decisiones.

Farmacológicas:

• Óxido Nitroso
• Agentes sistémicos
• Epidural

Métodos no farmacológicos. Se pueden intercalar y combinar entre ellos como se quiera o según se vayan necesitando:

• Acupuntura. No tanto para aliviar el dolor sino para ayudar y favorecer el parto.
• Un entorno agradable.
• Apoyo y compañía continuada.
• Musicoterapia y audio analgesia. Cada mujer con lo que se sienta cómoda.
• Hipnoparto.
• Técnicas de relajación, respiración.
• TENS como analgésico en las primeras fases.
• Masajes o presiones. Pases suaves por la espalda, nuca y pies. Presión mantenida en mayor o menor medida a demanda de la mujer en la pelvis para ampliar espacios.
• Movimiento. Permitir el cambio de postura a demanda. Desde cuatro patas, a cuclillas, tumbada, apoyada en el fitball, tracción con las lianas, etcétera. Es una de mis preferidas.
• El calor con un saco de semillas o un chorro de agua caliente.
• El agua. Ya sea en ducha o bañera, como analgesia tiene una alta evidencia y sin efectos secundarios. No se trata de parir en el agua (que si surge perfecto) sino de aliviar el dolor. Mi elección personal junto con el movimiento.

¿Es importante tener una buena forma física?

Es muy importante, sí, aunque no es imprescindible. En mis clases de Embarazo en Movimiento siempre les digo a las mujeres que, durante el embarazo, los meses y los años anteriores, según cuáles sean nuestros hábitos de vida diarios, compramos papeletas para que todo vaya mejor o menos bien. Pero a veces todo es ideal, la mujer es sana, hace deporte, se alimenta bien y surgen problemas que no podemos prevenir. No podemos controlarlo todo.

Cuanto mejor forma física tengamos durante el embarazo y en mejores condiciones lleguemos al parto, en principio, mejor será la recuperación e incluso el parto. Mejor en el sentido de menor fatiga, sensación de dolor muscular, disminución del estrés, etcétera.

Aunque realizar actividad física en el embarazo disminuye las intervenciones médicas y el número de cesáreas, tener buena forma física no garantiza que pueda terminar en cesárea o sea necesario usar instrumental en el parto, influyen otros muchos factores que no podemos controlar.

¿Influye el sobrepeso para tener un buen o mal parto?

Está claro que tener un índice de masa corporal (IMC) alto durante el embarazo puede afectar significativamente a la salud de la embarazada y de su bebé.

Hablamos de sobrepeso a partir de un IMC de 25 y de obesidad si es mayor de 30.

Aumenta el riesgo de distintas complicaciones como:
• Aborto espontáneo, muerte fetal intraútero y abortos espontáneos recurrentes.
• Diabetes gestacional (el ejercicio físico antes del embarazo disminuye el riesgo de diabetes gestacional)
• Preeclampsia (el riesgo disminuye con la actividad física moderada)
• Problemas cardíacos.
• Apnea del sueño.
• La necesidad de una cesárea y el riesgo de las complicaciones que esta conlleva.
Además, la recuperación del parto será más dificultosa y tardía.
Por lo tanto, el sobrepeso no influye como tal o de forma directa en tener un buen o mal parto, pero sí genera otros riesgos que recomiendo evitar.

¿Qué ejercicios son los idóneos por trimestre?

Son muchos los profesionales sanitarios que recomiendan no hacer nada durante el primer trimestre en mujeres sedentarias o continuar con su actividad deportiva (aunque esta sea de impacto) si la realizaban antes. Esta información está desfasada y no contrastada con la evidencia.

Partimos de que la mitad de las mujeres interrumpen su actividad física al quedarse embarazadas. Y sólo el 47% recibe información o consejos sobre actividad física en sus visitas prenatales.

La evidencia recomienda 150 minutos de actividad moderada a la semana desde el primer trimestre a la mujer embarazada sedentaria. Podrían ser 5 sesiones de 30 minutos, 3 sesiones de 50 minutos o 4 de 40 minutos, por ejemplo. Y a una intensidad que le permita a la embarazada seguir hablando. Se debe combinar el ejercicio de fuerza con el ejercicio aeróbico, como caminar, nadar, bicicleta estática, ejercicio en el agua y otros muchos.

Toda esta actividad debe realizarse adecuadamente. La embarazada debe tener especial cuidado en no empujar su suelo pélvico, tener una buena postura, respirar durante el ejercicio y no quedarse en apnea, entre otros.

También debe tener claro con qué síntomas debe detener la actividad e ir al médico. Estos son, entre otros, el dolor abdominal, mareos y sangrado.

Con todo lo anterior claro, podemos realizar prácticamente los mismos ejercicios desde el principio del embarazo hasta el final, con algunas modificaciones. Te dejo alguna recomendación por trimestres:

• Primer trimestre: Trabajar la propiocepción del suelo pélvico. Realizar ejercicio aeróbico evitando el impacto (o siendo este de baja intensidad), los de alto riesgo de caída y los deportes de contacto. Alternar o combinar con sesiones de fuerza, ya sean con pesas o entrenamiento funcional específico. realizar abdominales o trabajo de core específico en el embarazo.

• Segundo trimestre: Mantener la actividad física, se podría aumentar levemente si la mujer lo desea. Realizar ejercicios en el agua. Dar movilidad a la pelvis y trabajar el suelo pélvico si es necesario.

• Tercer trimestre: Llevar la atención a relajar el periné, no centrarse en la contracción del suelo pélvico. Realizar ejercicios circulatorios. Evitar la posición en supino (tumbada boca arriba). Trabajar la movilidad de la pelvis, con esferodinamia, por ejemplo. Mantener los ejercicios en el agua. Enfocarnos en ejercicios más específicos para el parto.