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El eterno debate de las cesáreas: un estudio advierte ahora de los problemas para volver a concebir

Se ha descubierto que las mujeres que tardaron un año o más en concebir tenían un 21% más de probabilidades de tener un parto por cesárea

Los hallazgos indicaron que las mujeres con una cesárea previa tenían un 10% menos de posibilidades de concebir su próximo embarazo

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

La cesárea es una intervención quirúrgica que suele estar indicada cuando la vía vaginal pone en riesgo la salud de la mujer o del niño. Se hace una incisión en el abdomen y el útero de la madre para extraer al bebé. Hay investigaciones que indican que un 75% de las mujeres que han intentado un parto vaginal después de una cesárea lo han logrado. Sin embargo, un reciente estudio indica, en el enésimo debate sobre esta situación, que las mujeres que han tenido que ser intervenidas, tienden a tener más problemas para volver a concebir que las mujeres que han tenido un parto vaginal.

Este último resultado es debido a las investigaciones llevadas a cabo en la Universidad de Bergen en Noruega. «Muchos de estos estudios han utilizado intervalos entre embarazos para medir la fertilidad de las mujeres. Sin embargo, una medida del intervalo entre embarazos no puede distinguir entre un retraso voluntario e involuntario en el embarazo», explica la investigadora Yeneabeba Sima, de la Universidad de Bergen.

Así, «en nuestro estudio, las mujeres con dificultad para concebir tienen una mayor prevalencia de complicaciones en el embarazo» ha señalado, aunque cree que hay «una mayor prevalencia de problemas de salud crónicos como diabetes mellitus y presión arterial alta entre estas mujeres. Sin embargo, el mayor riesgo de tener una cesárea todavía existía para las mujeres que no tenían estos problemas de salud», señala Sima.

Los investigadores examinaron las diferencias en el tiempo dedicado a intentar concebir entre 42.379 participantes de MoBa, todos los cuales tenían al menos un nacimiento registrado previamente en el MBRN. Los hallazgos indicaron que las mujeres con una cesárea previa tenían un 10% menos de posibilidades de concebir su próximo embarazo durante un ciclo menstrual determinado en comparación con aquellas que tuvieron partos vaginales previos.

Planificación del embarazo

Utilizando datos del Estudio de Cohorte de Madres, Padres e Hijos de Noruega (MoBa) vinculado al Registro Médico de Nacimientos de Noruega (MBRN), Sima y sus colegas evaluaron la fertilidad de las mujeres preguntando sobre la planificación del embarazo. «Para aquellas que intentaron activamente tener un bebé, examinamos el tiempo que les llevó concebir. Si lo habían intentado durante un año o más antes de quedar embarazadas, se consideraba que tenían una fertilidad reducida», dice Sima.

Los investigadores también exploraron la asociación en la otra dirección, entre la fertilidad reducida y una cesárea posterior. Entre 74.025 participantes de MoBa, el 11% informó haberlo intentado durante más de un año antes de quedar embarazada. Descubrieron que las mujeres que tardaron un año o más en concebir tenían un 21% más de probabilidades de tener un parto por cesárea, en comparación con las mujeres que pasaron menos de 12 meses intentando concebir.

«El estrés materno podría ser una explicación razonable que conecta los desafíos para concebir y un riesgo elevado de dificultades laborales, lo que en última instancia conduce a una mayor probabilidad de cesárea», explica Sima.

Incremento de cesáreas

Los expertos reunidos en el webinar Consulta preconcepcional y embarazo saludable, organizado por el Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS) y el Consejo General de Enfermería (CGE), han reclamado la puesta en marcha de la consulta preconcepcional para garantizar un embarazo saludable y reducir la tasa de cesáreas y de diabetes gestacional.

«Empezar un embarazo en buenas condiciones y hacer un seguimiento adecuado es una garantía más de que va a terminar bien. Por ello, es preciso que la consulta de preconcepción sea algo protocolizado en todo el ámbito sanitario, ya que para que un embarazo se desarrolle con salud tiene que cuidarse desde antes de que se produzca, de tal forma que la mujer reciba con antelación los suplementos que precisa», ha defendido Gema Magdaleno, matrona del centro de salud General Fanjul (Madrid).

En este sentido, ha recordado que, en los primeros días, antes incluso de saber que se ha producido la concepción, ya hay que estar tomando suplementos de yodo, de ácido fólico, para prevenir malformaciones fetales, defectos del tubo neural, abortos del primer trimestre y alteraciones de la placenta.

Además, también es preciso cuidar las condiciones emocionales; esto es, «que la mujer se sienta segura de su decisión, que se sienta apoyada en algo que va a cambiar su vida, para que luego esa mujer no tenga una depresión postparto, por ejemplo, o no tenga un estado emocional alterado durante la gestación».