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La lista de canciones que reduce las crisis epilépticas en un 53%

Un equipo internacional de expertos ha encontrado un patrón de respuestas cerebrales a la música para controlar la epilepsia difícil de tratar

Un grupo de investigación formado por neurólogos y expertos en nuevas tecnologías ha presentado en el último Congreso Europeo de Epilepsia, organizado por la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) un sistema que busca patrones en la respuesta cerebral a la música para diseñar una lista de canciones personalizada que reduce el riesgo de crisis.

Los expertos han explicado que la respuesta cerebral suele encajar en tres categorías: preferencia, familiaridad y respuesta neurofisiológica innata (INRM, por sus siglas en inglés). Se han basado en esta última porque es independiente de la cultura y el lenguaje, y porque no depende de que estemos escuchando con atención.

Los sonidos se agrupan por ritmo, volumen y tono, entre otras características, y se observan respuestas en partes del cerebro que están relacionadas con las crisis epilépticas. A partir de ese punto, los expertos han empleado algoritmos para crear listas de música que influyen en el estado de ánimo y en la actividad cerebral relacionada con las crisis epilépticas, evitando su activación.

El efecto de la música clásica

Existen estudios previos que han documentado los efectos de la música clásica (sobre todo Mozart) en la actividad eléctrica del cerebro. Ahora, el equipo ha puesto en marcha varios ensayos clínicos para avanzar en esta línea de investigación a partir de los patrones de actividad cerebral «sanos» obtenidos por electroencefalograma, que reproducen con patrones musicales.

La música seleccionada se adapta y se perfecciona dejando que los pacientes duerman con ella puesta una noche, observando sus reacciones y modificándola a continuación.

La hipótesis que se proponen probar es que la música seleccionada promueve y refuerza la actividad cerebral «sana», por circuitos diferentes a los que activan los ataques epilépticos.

En el primero de esos trabajos, que ya ha producido resultados, se ha observado una «reducción significativa» de actividad relacionada con las crisis (se conoce por el término ‘spikes’).

Después del tratamiento, la reducción de esa actividad fue del 32%. En los pacientes con un tipo de epilepsia concreta, la epilepsia generalizada, la reducción media alcanzó el 53%; en la epilepsia focal el resultado fue más modesto, con una reducción del 17%.

El sistema se conoce como X-System y ha sido desarrollado por una empresa británica en colaboración con expertos en neurología de diversos países, incluyendo especialistas de la Universidad de Zagreb y miembros de la junta directiva de la ILAE, que se interesaron por el sistema en el transcurso del encuentro científico celebrado en Roma.

El «efecto Mozart»

El efecto Mozart se describió por primera vez en 1993. Un estudio mostró que había una mejoría a corto plazo en el rendimiento intelectual de niños cuando escuchaban música del compositor austriaco.

Fue un hallazgo que pronto se hizo popular y que dio lugar a un libro en el que se sugería que sus composiciones, sobre todo los conciertos de piano, podían hacer que aumentara momentáneamente el cociente intelectual.

Muchos estudios siguieron. Fueron abundantes los que se centraban en la sonata para dos pianos (K448). Más adelante se emplearon otras composiciones, y se introdujeron trabajos de otros compositores.