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El ejercicio combate la depresión después de un infarto

El ejercicio combate la depresión después de un infarto, según apuntan desde la Sociedad Europea de Cardiolgía. A esto también contribuye dejar de fumar. Y es que la depresión y el estrés duplican el riesgo de padecer otro ataque al corazón o incluso el fallecimiento.

La psiquiatra de la Universidad de Lisboa, Manuela Abreu, reconoce que la depresión es casi tres veces más frecuente «en personas que han tenido un ataque al corazón que en los que no lo han sufrido». Por eso señala como solución realizar una rehabilitación cardiaca con ejercicio aeróbico para mejorar el trastorno cardiovascular y disminuir los síntomas de depresión.

El jefe del Centro de Prevención del Departamento de Atención Ambulatoria y Medicina Comunitaria de la Universidad suiza de Lausanne, David Nanchen, defiende la misma teoría y la investigación liderada por éste se muestra como la actividad deportiva, además de dejar de fumar, se presentan como dos factores esenciales en la lucha por mejorar la depresión después de un infarto. Para realizar este estudio se analizaron a 1.164 pacientes entre 2009 y 2013, a los que se les siguió durante un año la evolución, comprobando el estado de la depresión al inicio del estudio y al término del año.

Comprobaron como hubo una serie de factores que ayudaron en la mejora de la depresión después del ataque al corazón, entre los que se encontraron una mejor gestión del colesterol en sangre, el abandono del tabaco, un mayor control de la presión arterial, intensificar el ejercicio físico y la medicación pautada, además de reducir la ingesta de alcohol en aquellos casos en los que se consumiesen más de 14 bebidas a la semana.

Después de esta investigación se demostró que el 27% de los que habían sido víctimas de un ataque al corazón presentaban depresión, mientras que el 11% había mejorado de ella. Los pacientes que sufrían este problema solían estar solteros, padecían diabetes y fumaban con más frecuencia en comparación con los que no tenían depresión.

En apenas un año, los que abandonaron el hábito de fumar tenían 2,3 posibilidades más de mejorar de la depresión en comparación con los que continuaban con los cigarrillos, mientras que también vieron mejorado su estado los que incorporaron la actividad física a su rutina diaria. Nachen explica que «los pacientes de ataque al corazón que fuman y están deprimidos tienen muchas más probabilidades de mejorar su depresión si dejan el hábito», mientras que aquellos que ya eran activos físicamente tenían más opciones de mejorar de esta enfermedad.

Después de un ataque al corazón, más de una cuarta parte de los afectados reconoció padecer depresión, lo que significa que se trata de un gran problema. Algunos tenían depresión crónica, que la arrastraban desde antes del infarto, mientras que otros la desarrollaron a raíz del ataque cardíaco. Los síntomas son diferentes a los que puede presentar los pacientes psiquiátricos, ya que no reconocen sentirse desesperados o tristes, ya que en realidad se sienten con fatiga, dolor de cuerpo o presentan insomnio.

Por lo tanto, ya sabemos que el deporte y el abandono del tabaco resultan esenciales para luchar contra la depresión.