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EEUU prohíbe tras 35 años de uso el colorante rojo número 3 por riesgo de cáncer: ¿qué dice Europa?

Los consumidores también pueden tomar medidas, como leer etiquetas, priorizar alimentos con ingredientes naturales

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

El colorante rojo número 3 (eritrosina), ampliamente utilizado en caramelos, productos horneados y medicamentos, ha sido oficialmente prohibido en Estados Unidos. Esta decisión, tomada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), responde a preocupaciones científicas que datan de décadas y que relacionan este aditivo con riesgos para la salud, especialmente con el desarrollo de cáncer en estudios realizados en animales.

La medida ha generado un debate no sólo sobre el uso de este colorante en particular, sino sobre la seguridad de otros aditivos alimentarios que siguen siendo comunes en los productos de consumo diario.

El rojo número 3 es un colorante sintético derivado del petróleo, utilizado desde mediados del siglo XX para dar un tono vibrante a alimentos y medicamentos. Sin embargo, estudios desde los años 80 han planteado preocupaciones sobre su seguridad. En 1990, la FDA prohibió su uso en productos cosméticos tras estudios que vinculaban el colorante con tumores tiroideos en ratas de laboratorio.

A pesar de esta evidencia, el rojo número 3 continuó usándose en alimentos debido a presiones de la industria y la falta de alternativas viables. Sin embargo, en 2022, grupos de defensa del consumidor como el Environmental Working Group (EWG) intensificaron su presión sobre la FDA, destacando la contradicción de permitir un aditivo considerado inseguro en otras aplicaciones.

Finalmente, en octubre de 2024, la FDA tomó la decisión de prohibir su uso en todos los alimentos, medicamentos y productos de consumo.

Otros colorantes generan preocupación

El caso del rojo número 3 no es aislado. Otros colorantes artificiales han sido objeto de escrutinio científico:

Amarillo número 5 (tartrazina)
Estudios han vinculado este colorante con reacciones alérgicas, especialmente en personas con asma, y con hiperactividad en niños sensibles.

Rojo número 40 (Allura Red)
Este es uno de los colorantes más comunes en bebidas y dulces. Algunos estudios han sugerido que podría contribuir a problemas de comportamiento en niños y causar reacciones alérgicas en ciertas personas.

Azul número 1 (brillante azul FCF) y azul número 2 (indigotina)
Ambos colorantes han sido objeto de investigaciones por posibles efectos sobre la salud, incluyendo reacciones alérgicas y, en estudios más limitados, preocupaciones sobre su seguridad a largo plazo.

Amarillo número 6 (Sunset Yellow)
Asociado con urticaria y otros problemas alérgicos, también se ha estudiado por sus posibles efectos en el comportamiento infantil.

¿Qué dicen los estudios más recientes?

Un informe de 2022 de la European Food Safety Authority (EFSA) evaluó la seguridad de los colorantes artificiales y recomendó limitar el consumo de ciertos aditivos en niños. Además, la EFSA ha instado a realizar estudios más exhaustivos sobre los posibles efectos acumulativos de varios colorantes en combinación.

En 2021, un metanálisis publicado en la revista Environmental Health Perspectives encontró que ciertos colorantes, como el rojo número 40 y el amarillo número 5, podrían exacerbar síntomas de trastornos del neurodesarrollo, como el TDAH, en niños predispuestos.

¿Qué alternativas existen?

Con la prohibición del rojo número 3, muchas empresas están recurriendo a opciones más seguras y naturales, como:

Colorantes de origen vegetal: extractos de remolacha, cúrcuma, espirulina y zanahoria.
Colorantes minerales: como el dióxido de titanio, aunque este también enfrenta restricciones en algunos países.
Producción sin colorantes: muchas marcas han optado por eliminar colorantes en ciertos productos, priorizando la salud sobre la apariencia.

La prohibición del rojo número 3 refleja un cambio hacia una mayor regulación y atención a la seguridad alimentaria. Sin embargo, los expertos señalan que la responsabilidad no debe recaer únicamente en las autoridades regulatorias. Los consumidores también pueden tomar medidas, como leer etiquetas, priorizar alimentos con ingredientes naturales y reducir el consumo de productos ultraprocesados.

El debate sobre los colorantes artificiales sigue en curso, pero una cosa está clara: el escrutinio hacia los aditivos químicos en alimentos es mayor que nunca, y las decisiones que tomemos hoy pueden tener un impacto significativo en nuestra salud y bienestar futuro.