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Dra. Elisa Pinto: Campaña de prevención del cáncer cutáneo

"En la mayoría de los casos la eficacia del producto tiene un tiempo medio de dos horas"

"La crema de protección solar habría de ser siempre fp 50 + que es el máximo posible"

Dra. Elisa Pinto. 

Jefe de Dermatología Hospital Ruber Juan Bravo 39.

Quienes acudimos a congresos internacionales de dermatología escuchamos con frecuencia dos frases que resumen los errores en el ámbito de la prevención del cáncer cutáneo:

“La protección solar en crema genera una falsa sensación de confianza» y «la mejor protección solar es buscar la sombra». 

Hace ya algunos años, las estadísticas nos demostraban que desde el inicio del uso de los protectores solares en crema el índice de melanoma había aumentado en algunos países como Australia, y eso parecía en sí mismo una contradicción, pero no lo es para nada y debemos una aclaración:

1. Las cremas de protección solar requieren una aplicación en cantidad adecuada (2 mg/cm cuadrado), esto supondría que valorando la superficie cutánea (entre 1,2 y 2 metros cuadrados), un envase de crema solar de 150 ml nos debería durar apenas 4 aplicaciones.

2. En la mayoría de los casos la eficacia del producto tiene un tiempo medio de dos horas, lo que requiere renovar la aplicación siempre recordando que el sudor o la grasa diluyen su eficacia.

3. La crema de protección solar habría de ser siempre fp 50 + que es el máximo posible. Pero ello no indica que su uso correcto evite el daño solar, sino que lo reduce. De hecho, el índice se refiere, no, a la cantidad de sol que recibimos, sino al tiempo que tardamos en sufrir eritema o quemadura solar. La crema solar reduce el riesgo de quemadura, pero no en la misma proporción en la que reduce el daño cutáneo y por ello el riesgo de envejecimiento y cáncer.

4. Por otro lado, los principios activos químicos tienen absorción cutánea y se considera aconsejable vigilar según la FDA los niveles sanguíneos de 0.5 ng/ml.

Hay ahora otro factor muy importante: el mayor índice de cáncer de piel tipo melanoma depende del sol y de las quemaduras solares sufridas antes de los 16 años.

De todo ello podemos concluir que no estamos usando la crema solar de un modo adecuado. La aplicamos en menor cantidad y frecuencia de lo preciso y olvidamos que no nos ofrece una garantía de salud completa, incluso usándola correctamente.

La crema solar debería ser el Plan B

La responsabilidad de los dermatólogos se basa en explicar las opciones. En algunos casos será más aconsejable (niños, embarazadas…) el uso de cremas “cosméticamente incómodas” al estar compuestas por filtros físicos de aplicación más difícil (por sus texturas más densas), pero con menor absorción cutánea.

Y, por otro lado, aconsejar siempre el uso de protección con barrera física, es decir, camisas de manga larga, pantalón largo, sombrero, sombra…., que nos permitirán protegernos del sol sin crema. Recordemos “buscar la sombra».

Y quizá ahora que sabemos que no todo lo hemos hecho bien respecto a la protección, sea el momento para la esperanza. La incidencia de cáncer cutáneo en Australia ha aumentado en los últimos años, pero su mortalidad ha disminuido. Y, ¿por qué? Por la conciencia social de la prevención y el diagnóstico precoz. 

Es el momento de revisar nuestra piel periódicamente en busca de lesiones cutáneas que puedan ser importantes, y en su caso controlarlas.

Es el momento de acudir con nuestros hijos a centros que revisen su piel y les expliquen los cuidados que han de seguir en un país como España, de sol maravilloso que nos aporta vitamina D suficiente con 10 minutos de paseo matutino, pero a cambio nos lanza ese mismo sol a través del cristal de nuestros coches cuando conducimos, o en los parques cuando practicamos deporte al aire libre, o en los patios de los colegios jugando… el sol no está sólo en las hamacas de nuestras playas sino en nuestro día a día.