Dra. Benito Molina: «El low cost en cirugía no es aconsejable al peligrar la seguridad del paciente»
Las cirugías empiezan con la primera consulta y el diagnóstico, y acaban cuando se le da el alta al paciente
No se trata de limitar nuestro territorio, se trata de que quien realice la cirugía estética tenga su título reconocido
En España, el número total de intervenciones de cirugía estética en 2021 ascendió a 204.510, con un incremento del 215% con respecto al estudio realizado por IMOP Insights en 2014, que estimaba datos sobre la actividad de 2013.
La cirugía estética es segura siempre que sea realizada por especialistas con la debida formación. Los pacientes deben tener claro que si acuden a un cirujano de la Sociedad Española de Cirugía Estética y Reparadora (SECPRE), estos especialistas tienen la formación necesaria.
Las intervenciones más comunes son las relacionadas con la cirugía de la mama (52,6%), con el aumento de mamas con implante (27,6%) a la cabeza. El segundo lugar lo ocupan intervenciones relacionadas con la cirugía de cabeza (23,7%). Una de cada cuatro intervenciones de cirugía estética pertenece a este grupo, con la blefaroplastia (10,7%) y la rinoplastia (7%) posicionándose como las cirugías más demandadas. Para abordar estos datos y otras claves de la Cirugía Estética en España, hablamos en OKSALUD con la presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, Dra. y Cirujana Plástica, Isabel De Benito Molina.
Pregunta.- Se acaba de presentar el informe sobre la Realidad de la Cirugía Estética en España y los datos son contundentes, en 2019 se incrementaron las intervenciones un 215%. ¿Por qué que se ha producido este incremento tan acusado?
La verdad es que es una cifra muy llamativa, pero hay que tener en cuenta que ese incremento se produce casi desde los años 2008-2010, es decir, que han pasado 13 o 15 años. Con lo cual, si lo anualizamos, ha habido un aumento de entre un 10-12 % sostenido durante todos estos años. Estas cifras ponen indudablemente de manifiesto que es una actividad creciente y que cada vez hay más personas que consideran la cirugía estética como parte de su bienestar y de sentirse mejor consigo misma, y de mejorar algunas cuestiones que les preocupan o que quieren mejorar.
P.- Supongo que la creciente competencia entre ustedes y que el sector reguló los precios permitiendo recurrir a esta cirugía a personas con rentas medias, ha posibilitado un futuro mucho más asentado y regular con todo tipo de pacientes.
Naturalmente, se trata de una cirugía que se ha popularizado y el propio mercado ha fijado unos precios que no sabría decir si son más bajos o más altos de lo que eran cuando se operaban menos personas, pero lo que está claro es que la cirugía estética es una actividad que no se puede realizar por debajo de ciertos costes. No es buena idea abaratar los precios de una cirugía estética porque casi siempre se reduce el precio en cuestiones que tienen que ver con la seguridad del paciente.
En términos generales, rebajar el precio de una cirugía estética supone mermar la seguridad del paciente. Uno tiene que pensar que cuando ven precios o distintas ofertas más o menos agresivas que se encuentran por debajo de la media, deben pensar que no es buena idea ahorrar con la salud y, por tanto, no deberían atender esas llamadas de precios demasiado baratos porque la cirugía estética es una actividad que tiene sus riesgos y que se debe hacer en condiciones de seguridad para el paciente. Condiciones que para nosotros son esencialmente suficientes como para que podamos evitar las complicaciones que pueden surgir.
P. – Los costes actuales de la cirugía estética en España dan acceso a un amplio número de personas a estas intervenciones, sin embargo, cerca de 20.000 personas viajan cada año a Turquía con los riesgos que ello comporta. ¿A qué puede deberse este fenómeno?
Creo que este turismo sanitario masivo se debe naturalmente al intento de llevar a cabo una operación con costes más bajos de los que tenemos en nuestro país. Esta cuestión se encuentra absolutamente ligada con la anterior respuesta porque esa rebaja de costes, en la gran mayoría de casos supone, por supuesto, que la seguridad del paciente se reduzca. Es impensable entender que un paciente viaje para operarse a un país donde ni siquiera habla el idioma, donde ni siquiera va a poder comunicarse adecuadamente con el cirujano que le va a operar, si no es porque existe un beneficio económico. Y cuando vuelven a su país de origen no existe ningún tipo de seguimiento que es vital realizarlo. Hay que tener en cuenta que las cirugías no empiezan y acaban con la entrada y salida del quirófano.
Sobre este respecto, hay que decir que las cirugías empiezan con la primera consulta y el diagnóstico, y acaban cuando se le da el alta al paciente después de haber resuelto todas y cada una de las complicaciones que puedan surgir, o haber revisado la evolución normal de la intervención. Cuando un paciente viaja a Turquía o a otro sitio a hacerse una cirugía de este tipo, realmente sólo está pagando por entrar y salir del quirófano, nada más, pero se olvidan de que existe una fase previa y una fase posterior que son igual de importantes para que la intervención tenga éxito.
P. – En nuestro país además del intrusismo sin titulación, se dan casos de médicos titulados que no tienen la especialización; no son cirujanos estéticos tras un MIR. En este caso ustedes consideran que sus intervenciones tienen poca seguridad para el paciente. ¿Por qué es tan complicado cambiar la Ley de 1958 y adaptar el sector al siglo XXI?
Es dificil entender por qué los responsables políticos no consideran cambiar esta ley que tiene tantos años. Desde SECPRE llevamos décadas insistiendo en que se debe mejorar la ley y evitar esos puntos ciegos, donde se agarran algunos profesionales sin título o sin capacitaciones reconocidas. Nosotros seguimos insistiendo en esta dirección porque parece que a veces sólo se avanza cuando existe una desgracia, lo cual es tremendamente lamentable. No se debe hacer avanzar una legislación sólo cuando pasan cosas. Nosotros llevamos mucho tiempo con estas propuestas en el Ministerio de Sanidad y hemos hecho un esfuerzo increíble en esta dirección, en los últimos años. Desde luego, no cesaremos en nuestro empeño de mejorar la ley, porque creemos esencial avanzar en la seguridad de nuestros pacientes y en nuestra actividad.
En este sentido, no se trata de limitar nuestro territorio y que no entre nadie más, se trata de que quien realice la cirugía estética tenga su título perfectamente reconocido y homologado y, además de eso, tenga la capacitación formativa necesaria para poder hacerlo. La SECPRE no va a cejar en el empeño hasta que consigamos que se mejore esta propuesta no de ley y, con ella, las condiciones de seguridad de los pacientes a la hora de una intervención de este tipo.
P. – Es cierta la cifra que indica que 8 de cada 10 intervenciones las lleva a cabo un facultativo que no pertenece a la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética?
Cuando se habla de que 8 de cada 10 procedimientos no están realizados por cirujanos plásticos, reparadores y estéticos, hay que entender que esta cifra también incluye todos los procedimientos no invasivos de la medicina estética; en ese contexto podría entenderse esa cifra. Así, en el ámbito puramente quirúrgico de la medicina estética, pensamos que esa cifra no es correcta.
P. – Qué datos quiere resaltar del informe que han presentado
recientemente sobre la tendencia de esta especialidad en nuestro país.
Del informe que acabamos de presentar me gustaría resaltar que la fuente está formada única y exclusivamente por cirujanos plásticos que pertenecen a la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE). También quiero resaltar que nuestra actividad goza de muy buena salud, que la Sociedad quiere tener un conocimiento profundo de qué cosas cambian y a qué cosas nos tenemos que adaptar. Así, en este informe se hace especial hincapié en regular, legislar y mejorar estas leyes en favor de una mayor seguridad de nuestra actividad y, por lo tanto, en una mejor seguridad del paciente.
Debo incidir en que en este maremagnum que a veces parece que existe en el que se utilizan títulos que no son oficialmente reconocidos y que pueden inducir a confusión a los pacientes, cualquier
persona que se quiera operar de cirugía estética puede tener la seguridad de que si acude a la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética y elige a uno de los cirujanos o cirujanas que forman parte de ella -y que son el 95% de los cirujanos plásticos de este país-, puede tener la absoluta seguridad de que va a tener a un profesional con las capacidades formativas necesarias para poder ejercer esta actividad.
Teniendo esto en cuenta, dependiendo del área que el paciente quiera ser intervenido, podrá buscar a alguien con más o menos experiencia, que le guste más o menos en la entrevista o en la consulta… Es decir, podrá elegir al profesional que le parezca más idóneo para que le realice su cirugía y podrá tener la seguridad de que cualquier profesional que forme parte de la SECPRE tiene el título oficial u homologado. Además, contará en su programa de formación con todas las capacidades formativas que se necesitan para ejercer esta especialidad.
P. – Para finalizar, dígame, si la competencia sigue creciendo a este
ritmo, ¿habrá cirugías low cost en España?
No es necesario que la cirugía crezca a este ritmo o a un ritmo mayor o menor. Realmente el low cost ya está instalado en España en muchas franquicias o clínicas donde cualquiera podemos ver esas publicidades tan agresivas de dos por uno o trae a tu amiga y te saldrá la intervención gratis. Hay promociones por Halloween, Navidad, San Valentín…, en fin, por todo ya. Todo este tipo de ofertas y de pagos superaplazados existen, por lo que creemos que con una debida regulación, hará daño al sector del low cost y va a conseguir como gran beneficio a los pacientes al no tener desarrollo esta actividad low cost.
Como resúmen creo que no es una buena idea el low cost en cirugía, no lo es porque va endetrimento de la seguridad del paciente, ya sea porque los profesionales que operan no tienen las capacidades formativas o no tienen símplemente, la experiencia suficiente. Es indadmisible ahorrar en la seguridad del paciente. Nuestra opinión es que el low cost debería ser una práctica que tenemos que desterrar de las actividades que comportan un riesgo para la salud.
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