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Dr. Antonio Pérez: «Los cánceres que tienen los pacientes pediátricos no se pueden prevenir hoy día»

"Los hospitales deberían estar llenos de investigadores y de médicos que hicieran investigación"

"No disponemos de herramientas a nuestro alcance para prevenir el cáncer en los niños"

Más del 81% de los niños diagnosticados con cáncer se curan

Madrid inicia un estudio pionero de prevención cardiovascular en supervivientes de cáncer infantil

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

El Dr. Antonio Pérez-Martínez es el jefe de Servicio de Hemato-Oncología Pediatría del Hospital Universitario La Paz, es el investigador principal del Grupo de Investigación Traslacional en Cáncer Infantil, Trasplante Hematopoyético y Terapia Celular del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital La Paz (idiPAZ) (2013), responsable de la Unidad de Investigación Clínica en Oncohematología Infantil acreditada por el consorcio europeo Innovative Therapies For Children with Cancer (ITCC) (2016) y director de la Unidad Cris de Terapias avanzadas en el hospital La Paz (2017).

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina de Granada (1998), realizó la especialidad de Pediatría en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, durante el periodo 1999-2003, alcanzando el grado de Doctor en Pediatría por la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid en el año 2006. Hasta la fecha ha publicado más de 170 artículos científicos, ha dirigido ocho tesis doctorales, todas ellas en el área del trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos y la terapia celular en población pediátrica. El doctor Pérez-Martínez nos hablará en OKSALUD, de los avances asistenciales e investigación en el campo del cáncer pediátrico.

Pregunta.-En los últimos meses estamos viendo cómo las noticias sobre nuevas terapias contra el cáncer parece que asoman en un horizonte próximo y demuestra que es rentable la investigación, ¿qué opina?

Respuesta.- Sin dudarlo, la investigación en ciencia, y en particular en ciencias de la salud, es la inversión más rentable que el ser humano puede hacer. El conocimiento profundo de las enfermedades permite poder diseñar de forma más precisa las estrategias para combatirlas, y en cáncer como se está viviendo en estos momentos es mandatorio, imprescindible. Sin investigación no hay futuro, no hay nuevos medicamentos, y el tiempo avanza, pero la vida se para.

P.- Su trayectoria marca una constante tarea por abrir puertas, por conseguir recursos y alcanzar nuevos retos, ¿en qué proyecto está trabajando en la actualidad? 

A día de hoy, en los países desarrollados económicamente, los cánceres (en plural) constituyen las enfermedades con mayor mortalidad y morbilidad en niños y adolescentes. No creo que haya argumento más sólido que esta realidad para convencernos todos, e invertir en salud, en investigación. Son muchos proyectos los que estamos desarrollando en este momento, los resumiría en generar conocimiento y evidencias para hacer que lo que investigamos se transforme en rutina asistencial, diaria para nuestros pacientes. En particular podemos hablar de tres líneas de investigación:

  1. La inmunoterapia, en particular la inmunoterapia basada en células (NK, CAR-T, linfocitos memoria), que constituyen esos nuevos tratamientos y medicamentos vivos, basados en el mantenimiento de la salud tal y como lo hace nuestro sistema inmunitario; de forma precisa, específica, controlada, dirigida.
  2. La medicina de precisión en oncología pediátrica, que consiste en conocer en profundidad e identificar las alteraciones genéticas en el tumor y en el paciente que permitan diagnosticarlos mejor, monitorizar la evolución e incluso identificar alteraciones accionables con fármacos dirigidos frente al tumor y establecer consejos genéticos al paciente y su familia en el caso de identificar síndromes de predisposición a cánceres.
  3. Implementación de un programa de seguimiento con intervención profesional para la recuperación de los efectos secundarios del tratamiento y de la enfermedad a través del ejercicio físico, la estimulación neurocoginitiva, el cuidado de la corporalidad, la salud medioambiental que garantice una transición a la edad adulta con la mejor calidad de salud posible.

P.- Dirige la Unidad Cris de Investigación de Terapias Avanzadas, supongo que además de iniciativa pública, también sería positiva la aportación privada, ¿es un factor a tener en cuenta en nuestro país? 

La Unidad Cris de Investigación en Terapias Avanzadas del Hospital La Paz, ha sido clave en nuestro servicio, sobre todo para los pacientes. Incorporar la investigación, e investigadores en el día a día de un hospital, y en concreto de un servicio clínico que trata a pacientes, a niños con cáncer, es el aspecto de mayor impacto y más diferencial que puede haber hoy en día en sanidad. Garantiza un manejo individualizado del paciente y un conocimiento profundo del tumor. Genera esperanza, optimiza tratamientos, impacta positivamente en la supervivencia, mejora la calidad de vida y acelera el periodo de un medicamento en investigación a un medicamento aprobado. Los hospitales deberían estar llenos de investigadores y de médicos que hicieran investigación. Iniciativas públicas y privadas persiguen el mismo objetivo la curación completa, la calidad de la curación, y deben ser, por tanto, iniciativas inclusivas y ambas muy valiosas y necesarias. La sociedad es pública, la sociedad es privada, las personas son quienes tienen que decirle a la administración lo que es importante, y que quieren que se invierta en investigación para curar enfermedades como los cánceres en los niños.

P.-El cáncer es la principal causa de muerte en los niños, pero parece que toda investigación apunta a pacientes adultos, ¿se les tiene en cuenta lo suficiente? 

A día de hoy la investigación no es suficiente. Los cánceres en la edad pediátrica y del adolescente apenas son el 1% de los cánceres de los adultos. Este argumento justifica que haya una gran inversión en investigación para los cánceres de adultos, y así debe de ser, por el gran impacto social. Además, la investigación en menores de edad hasta hace poco era considerado como un riesgo a evitar, y no como un derecho del menor, tal y como es ahora. Sin embargo, los aspectos tan diferenciales de los cánceres del desarrollo en la edad pediátrica y del adolescente, y el impacto que supone en la población pediátrica y adolescente y en su familia de ser la primera causa de muerte por enfermedad, debería equilibrar su baja frecuencia. En este escenario es el que nos movemos, el de las enfermedades poco frecuentes “raras” pero de alto impacto social y económico y es donde tenemos que impulsar la investigación de forma decidida y sin tibieza porque es la mejor inversión que podemos hacer para el futuro de una sociedad.

P.-¿Qué supervivencia hay en estos momentos en niños y adolescentes? 

La supervivencia a los diferentes tipos de cáncer en los niños es heterogénea. Esto quiere decir que no se puede hablar de superviviencia en general, porque el cáncer no es uno sino muchos y diferentes. Por ejemplo, los cánceres de la sangre como los diferentes tipos de leucemia oscilan entre el 60% en la leucemia mieloblástica aguda, 70% las leucemias linfoblásticas T y el 85% las leucemias linfoblástica B. Sin embargo, un tipo de leucemia poco frecuente como la leucemia mielomonocítica juvenil la superviviencia apenas llega al 50%. En los tumores sólidos pasa algo parecido, los tumores localizados que son resecables quirúrgicamente tienen mucho mejor supervivencia que cuando no son resecables o se presentan en formas metastásicas, en diferentes órganos. A día de hoy los tumores cerebrales de alto grado constituyen los cánceres que originan mayor mortalidad en niños y adolescentes. La investigación en cánceres de la sangre y el desarrollo de nuevos tratamientos han modificado este indeseado ranking que hasta hace poco ocupaban las leucemias. Pero tan importante o más que mejorar la supervivencia es hacerlo con menos efectos adversos, con mejor calidad de curación.

P.-¿Se puede prevenir el cáncer infantil? 

La prevención de las enfermedades sin duda es el mejor tratamiento. Sin embargo, a día de hoy los cánceres que tienen los pacientes pediátricos no se pueden prevenir. No disponemos de herramientas a nuestro alcance para prevenir el cáncer en los niños, entre otras cosas porque tenemos un gran desconocimiento en cómo se originan.  A día de hoy solo se pueden diagnosticar de forma temprana, cuándo se tiene un alto índice de sospecha y pensamos que estas enfermedades, aunque poco frecuentes, existen también en los niños y adolescentes.

P.-La farmacéutica Moderna dice que podría tener en esta década una vacuna, ¿cómo ve este nuevo enfoque de la lucha contra el cáncer? 

La inmunoterapia es sin duda la gran revolución terapéutica que estamos viviendo en estos momentos en el cáncer. Las inmunoterapias activas, como son las vacunas, han sido probablemente uno de los mayores hitos de la Medicina en toda su historia frente a enfermedades infecciosas. Nuestro sistema inmune está mejor preparado para defenderse de agentes externos (como son los microorganismos infecciosos) que para defenderse de células propias del paciente que se transforman en tumorales. Sin embargo, es un enfoque en el que se lleva trabajando mucho tiempo y que estoy convencido de que traerá buenas noticias en algunos tumores a medio plazo.

P.-Supongo que no es fácil su especialidad, ¿cómo vislumbra el futuro a más corto plazo que largo de esta patología? Se lo pregunto porque, pensar en muchos años, cuando hay enfermos ahora en situaciones difíciles, es complicado, ¿no? 

A corto plazo es necesario que en España pudiese haber una formación sanitaria especializada en Hemato-Oncología Pediátrica. Esto sin duda sería muy beneficioso para los pacientes y aumentaría la masa crítica, aceleraría el conocimiento y la investigación. También, es mandatorio que mejore el acceso a nuevos fármacos en población pediátrica, debe garantizarse la equidad en el Sistema Sanitario y acelerar su incorporación, incluso con evidencias científicas menos sólidas que en la población adulta, pero con experiencias positivas y criterios médicos innovadores que trascienden a las barreras actuales, fundamentalmente económicas. Y es necesario que investigar no sea una vocación, sino una profesión reconocida y valorada por todos que pueda hacerse también junto al cabecero o la cuna de nuestros pacientes.