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Fobias

Descubre qué es la hematofobia o miedo a la sangre

Hay personas que no pueden ver la sangre ni en pintura. Entonces desarrollan una especie de fobia, llamada hematofobia.

Hay personas que no pueden ver la sangre ni en pintura. Entonces desarrollan una especie de fobia, llamada hematofobia.

¿Qué sucede? Pues que hay un miedo totalmente irracional a la sangre, tanto propio como la de los demás, como todo aquello que lo rodea.

Cómo se desarrolla

Pues el grado de la hematofobia va variando, hay personas que tienen un gran temor a que les quiten sangre, otras a una herida y otras a acercarse a un hospital. Si bien crees que no, suele ser una fobia algo común, pues la padecen bastantes personas.

Causas

De igual forma que sucede con muchas otras fobias, puede haber sido causada por un trauma del pasado relacionado con la sangre. Pero no tiene porqué, simplemente es algo que se va desarrollando con el tiempo.

Qué síntomas aparecen

Las personas que tienen miedo a la sangre tienen signos comunes, pero pueden diferenciarse los unos de los otros. En general, suelen haber mareos, dolores de cabeza, náuseas y hasta desmayos, y esto puede ir seguido de ataques de pánico cada vez que se entra en contacto con la sangre.

Si la cosa se va haciendo cada vez más complicada se necesita un tratamiento, porque este problema puede impedir que los afectados puedan ir al médico, o bien a pincharse o a sacar sangre cuando es absolutamente necesario.

Es importante señalar que, cuando se tiene esta fobia, entonces hay evitación de tratamientos médicos y vacunas, y son personas que a veces no pueden pisar el hospital, o quedarse embarazadas o bien no poder ayudar a una persona que está herida.

Qué tratamiento aplicar

Es algo que le sucede a mucha gente, así que debe estudiarse cada caso. En un principio cabe valorar si con el psicólogo deben hacerse terapias cognitivo-conductuales, para controlar todo lo que se siente ante la sangre.

Y, por otro lado, afrontar este problema directamente con situaciones que no gustan pero que son del todo necesarias. Si se experimenta ansiedad y para acabar con los síntomas de la hematofobia, entonces pueden darse fármacos, algo que debe valorar el profesional.

Las técnicas de relajación también suelen ir bien para este tipo de fobia porque la persona pierde el control sobre esta situación.