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Cuál es la enfermedad desconocida que padece Brad Pitt

Más de una vez, nos enteramos de ciertos trastornos de salud cuando alguna celebridad anuncia que está padeciendo estas enfermedades. Eso es justo lo que ha pasado recientemente con Brad Pitt, que ha informado a la prensa que tiene prosopagnosia. En qué consiste la enfermedad desconocida que padece Brad Pitt.

Convive con ella desde hace algunos años, y podría traerle complicaciones en el futuro. La prosopagnosia es la incapacidad que tienen algunas personas de identificar rostros. Pero no cualquier rostro, sino los de aquellos individuos con los que han tenido contacto estrecho. Debido a este síntoma, habitual en otros diagnósticos, es que suele confundirse esta enfermedad con otras, lo que hace que acabe descartándose hasta que es demasiado tarde.

La enfermedad desconocida que padece Brad Pitt

Decimos esto porque no se trata de falta de atención o simplemente de mala memoria, sino de una lesión cerebral, que impide a quien la sufre identificar los rostros de quienes le son conocidos, y caer en un momento de incomodidad, por la imposibilidad de tratar a ese alguien cómo debería, pareciendo que falta a la otra persona.

Pitt, que explicó esta situación argumentando que “muchas personas dicen que les falto al respeto”, detalló que “piensan que soy un vanidoso o un ególatra”, cuando en realidad tiene inconvenientes reales para recordar sus rostros, o asociarlos con nombres que se supone que debería relacionar con interacciones anteriores.

También conocida como “ceguera facial”, ésta no es ninguna ficción del actor, sino un trastorno que está provocado por esa lesión del cerebro, la misma que le impide establecer conexiones entre quien tiene enfrente y su nombre, profesión, o hasta el contexto en el que se dieron los encuentros previos.

El doctor Joachim Bodamer, el neurólogo alemán que descubrió esta enfermedad, la describe como una “interrupción de modo selectivo de la percepción del rostro”, y ahonda en sus posibles causas, que son dos:

Por supuesto, la ventaja de este segundo escenario es que el paciente, adulto, detecta rápidamente cuando ya no puede asociar rostros con la facilidad que solía hacerlo, siendo el principal peligro detrás de esta enfermedad el hecho de que, por ese impedimento, decida aislarse de la gente, retrayéndose o volviéndose extremadamente tímido.

Sumado esto, claro está, a que no existe un tratamiento eficiente probado contra la prosopagnosia. Quienes viven con ella recurren a todo tipo de trucos para asociar los rostros con sus portadores, como anotaciones o preguntas a otros en común.