Desvelan el vínculo entre la contaminación y el cáncer de pulmón en no fumadores
Los casos de cáncer de pulmón en personas que nunca han fumado están aumentando, especialmente entre mujeres asiáticas
Uno de cada cuatro diagnósticos de cáncer de pulmón afecta a personas que nunca han fumado. Hasta ahora, se desconocía la causa, pero un estudio internacional revela que la contaminación atmosférica puede ser un factor clave. El hallazgo se basa en el análisis genético de tumores pulmonares en no fumadores y confirma por primera vez que el aire contaminado puede alterar el ADN y desencadenar el cáncer.
Aunque investigaciones anteriores ya sugerían un vínculo epidemiológico entre la contaminación del aire y el cáncer de pulmón en no fumadores, este nuevo estudio aporta evidencia directa de daño genómico. Es decir, demuestra que hay un vínculo entre las mutaciones genéticas causadas por la exposición a contaminantes y el desarrollo de esta enfermedad.
El trabajo, publicado en la revista Nature, ha sido liderado por Ludmil Alexandrov (Universidad de California en San Diego) y Maria Teresa Landi (Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU.). En él también han participado los investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) Pilar Gallego y Marcos Díaz-Gay.
Una tendencia creciente y preocupante
En los últimos años, los casos de cáncer de pulmón en personas que nunca han fumado están aumentando, especialmente entre mujeres asiáticas y en regiones del este de Asia. Se trata de una tendencia alarmante que los científicos no entendían del todo. «Observamos cómo cada vez más personas no fumadoras desarrollan cáncer de pulmón, y no sabíamos por qué», señala Alexandrov. «Es un problema de salud pública urgente y en crecimiento», añade Landi, epidemióloga del Instituto Nacional del Cáncer.
Hasta ahora, muchos estudios sobre cáncer de pulmón no diferenciaban entre fumadores y no fumadores, lo que dificultaba identificar factores de riesgo específicos. Este nuevo trabajo, en cambio, se enfoca exclusivamente en personas que nunca han fumado, usando la genómica para rastrear las causas potenciales de estos tumores. Para ello, el equipo analizó los tumores de pulmón de 871 personas no fumadoras residentes en 28 regiones del mundo —incluyendo África, Asia, Europa y Norteamérica— con distintos niveles de polución atmosférica.
Las huellas genéticas del aire que respiramos
Al secuenciar el genoma completo de los tumores, los investigadores identificaron distintas firmas mutacionales, es decir, patrones de mutaciones en el ADN que actúan como huellas moleculares de exposiciones ambientales pasadas.
Al cruzar estos datos con las mediciones de contaminación ambiental, observaron que los pacientes expuestos a mayores niveles de polución acumulaban muchas más mutaciones: hasta 3,9 veces más asociadas al tabaco y un 76% más relacionadas con el envejecimiento celular.
Además, estas personas presentaban telómeros más cortos —estructuras que protegen el ADN en los extremos de los cromosomas—, lo que indica un envejecimiento celular acelerado.
«Cuanto más contaminado el entorno, más mutaciones aparecen. No todas provocan cáncer, pero cuantas más haya, más posibilidades existen de que alguna sea maligna», explica Marcos Díaz-Gay, jefe del Grupo de Genómica Digital del CNIO y primer autor del estudio
Aunque el cáncer no depende únicamente de las mutaciones —también intervienen procesos inmunológicos y otros factores biológicos—, este estudio aporta pruebas sólidas de que las mutaciones causadas por contaminación podrían desempeñar un papel crucial.
Riesgos ambientales ocultos
El análisis también reveló otro riesgo inesperado: el ácido aristolóquico, una sustancia cancerígena presente en algunas hierbas medicinales tradicionales, que se encontró con frecuencia en pacientes de Taiwán que nunca habían fumado. Aunque ya se había relacionado con cáncer de vejiga o hígado, esta es la primera vez que se vincula con el cáncer de pulmón.
Además, el estudio identificó una firma mutacional hasta ahora desconocida, que apareció en más proporción en tumores de no fumadores que en los de fumadores. No se correlaciona con la polución ni con ningún otro agente conocido, y su origen sigue siendo un misterio.
«Es una firma totalmente nueva. La detectamos en el 75% de los casos de no fumadores, frente al 27% de fumadores, pero aún no sabemos qué la causa», afirma Alexandrov. Esta huella mutacional es, de hecho, la más frecuente en tumores de no fumadores.
Nuevas líneas de investigación
Los próximos pasos del equipo serán ampliar la muestra con casos de América Latina, Oriente Medio y nuevas regiones de África. Además, los investigadores quieren explorar otros posibles factores de riesgo, como el consumo de marihuana, los vapeadores o la exposición al gas radón, un cancerígeno poco conocido.
«Queremos abrir nuevas líneas de estudio para identificar riesgos ambientales que aún no están bien documentados, pero que podrían tener un impacto en el desarrollo del cáncer de pulmón en personas que nunca han fumado», concluye Díaz-Gay.
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