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Buenos hábitos para la limpieza sin riesgos de los oídos

En muchas ocasiones solemos hacer la limpieza de oídos por nuestra cuenta. Anota estos trucos para limpiarte tus oídos sin ayuda.

El oído es uno de los órganos más complejos y delicados. Su anatomía es más que interesante: pequeños huesos, conductos y membranas que tienen como función principal permitir la audición. Pero no es la única: el oído interviene en el sentido del equilibrio. La limpieza de los oídos es necesaria pero debe hacerse con cuidado. Limpiarte tus oídos en exceso o que lo haga otra persona sin los conocimientos adecuados  puede producir daños irreversibles.

¿Por qué debes limpiarte tus oídos sin ayuda?

Los padres son los encargados de limpiar los oídos de los niños, pero tan pronto como puedan, deben hacerlo por sí mismos. Hay que enseñarles y explicarles los riesgos. El oído es una zona muy sensible y delicada y sin querer se puede dañar el tímpano. La perforación de tímpano puede causar infecciones y hasta pérdida de la audición.

Si eres una persona adulta, también te recomendamos limpiar tus oídos por ti mismo o, si crees que no puedes hacerlo, solicitar una consulta con el médico. Todas las precauciones que se tomen para cuidar los oídos son pocas frente a la gravedad de las consecuencias.

Debes aprender a limpiarte tus oídos sin ayuda y también saber cuándo es necesaria la limpieza. No hay que exagerar. El cerumen es necesario, porque actúa como  una defensa natural del oído frente a las bacterias y agresiones ambientales. Por lo tanto, quitarlo del todo es perjudicial. Solamente debe procederse a una limpieza profunda cuando el cerumen cambia de color o se sienten los oídos taponados. Cuando esto ocurre, y  el problema no se resuelve con  procedimientos caseros sencillos, será necesaria una buena higiene.

Cómo limpiar los oídos sin dañarlos

Para comenzar, se debe tener mucho cuidado con los tradicionales bastoncillos o hisopos de algodón. No solamente, son muy contaminantes y además muy poco adecuados.

Por una parte, los palillos forman parte de los productos que la Unión Europea está tratando de limitar debido a la contaminación con microplásticos. Pero además, el algodón del extremo del bastoncillo puede alterar el pH y reducir la producción natural de cerumen disminuyendo las defensas naturales del oído.

La forma correcta de mantener los oídos limpios es aprovechar el agua de la ducha diaria y si es necesario ayudarse con el dedo meñique. Aunque hay que tener cuidado con las uñas demasiado largas y afiladas. No se debe utilizar jabón.  

Oídos taponados

El conducto auditivo externo está revestido por folículos pilosos y por glándulas que producen cerumen. El cerumen es un aceite que protege al oído.  Naturalmente se extiende hacia la abertura, porque por allí entran los peligros. Atrapa e impide que el polvo, las bacterias y otros microorganismos penetren y dañen el oído. Además, lo protegen evitando que se perjudique cuando entra agua.

En algunas personas, las glándulas producen más cerumen del necesario, y este no se elimina con facilidad.  Es este aceite que segregan las glándulas del oído el que  se endurece y forma el tapón.  Cuando se acumula demasiado, suele bloquear el conducto auditivo y provocar la incómoda sensación de oído tapado.  El tapón de cerumen en una de las causas más frecuentes de pérdida de audición.

¿Cómo limpiar el cerumen del oído?

Para limpiar estos tapones, hay que ser muy cuidadoso, porque se puede empujar el tapón hacia el interior. En este caso, se generaría un problema mayor. Con precauciones, se  hace en casa.  La idea es introducir cuidadosamente líquido para que el tapón se ablande. Combinando el líquido con movimientos, seguramente se despegará y podrá retirarse fácilmente.

Algunas sugerencias:

Es aconsejable mantener la cabeza erguida y enderezar el conducto auditivo sosteniendo la oreja y jalando suavemente hacia arriba mientras entra el líquido.  Una vez que se ha mojado el interior, hay que inclinar la cabeza para permitir que drene el líquido residual. Es posible que haya que repetir la operación varias veces.

Es importante secar bien el oído una vez que se ha realizado la limpieza. Un secador con aire tibio es una buena opción para esto.

Recuerda que el oído es sumamente delicado, por lo que si sientes dolor, debes consultar a tu médico. Y algo fundamental: jamás introduzcas objetos extraños en los oídos.