OkSalud

Brote de ‘gripe del loro’ en Europa: fallecen cinco personas por una bacteria de una variedad de aves

El microorganismo también se puede transmitir por un picotazo de un ave infectada

El índice de mortalidad puede alcanzar el 30% en personas con psitacosis grave no tratada

La psitacosis (fiebre de los loros) es una neumonía poco frecuente causada por Chlamydia psittaci

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Sabemos que de los 1.415 patógenos humanos conocidos en el mundo, el 61% son de origen zoonótico. Estas patologías son responsables de al menos 2.400 millones de casos de enfermedades humanas y de 2,2 millones de muertes al año. Esta semana se han confirmado cinco fallecidos en Europa por un brote de psitacosis, una infección bacteriana también conocida como gripe del loro, ya que afecta a personas que se encuentran, sobre todo, en contacto con aves.

La Organización Mundial de la Salud, ha informado de un amento de estos casos en países como Alemania, Dinamarca, Suecia, Países Bajos y Austria. Lo normal es que el contagio se produzca generalmente por el contacto con un tipo de aves. El brote se detectó el pasado año 2023 y ha continuado a lo largo de este año.

Pero, ¿qué es la fiebre de los loros? Está causada por una bacteria de la familia Chlamydia que se encuentra en una variedad de aves y aves de corral silvestres y de compañía. Las aves infectadas no siempre parecen enfermas, pero eliminan la bacteria cuando respiran o defecan.

La psitacosis (fiebre de los loros) es una neumonía poco frecuente causada por Chlamydia psittaci, una bacteria que se encuentra principalmente en algunas aves, como loros, guacamayos, periquitos y agapornis (también conocidos como inseparables). Además, se puede encontrar en otras aves, como palomas, canarios, pollos y pavos.

Por lo general, las personas se infectan por inhalación del polvo de las plumas o de las heces de las aves infectadas. El microorganismo también se puede transmitir por un picotazo de un ave infectada y, ocasionalmente, de una persona a otra por las gotitas expulsadas con la tos. La psitacosis se da principalmente en ornitólogos y personas aficionadas a las aves o en quienes trabajan con mascotas o en granjas avícolas.

Al cabo de 1 a 3 semanas de haber sido infectada, la persona presenta fiebre, escalofríos, cansancio y pérdida del apetito. Comienza a tener accesos de tos, que al principio es seca y más tarde produce un esputo verdoso (una mucosidad espesa o con una coloración inusual). La fiebre persiste durante 2 o 3 semanas y entonces va desapareciendo lentamente. La enfermedad puede ser leve o grave, dependiendo de la edad del individuo y de la extensión del tejido pulmonar afectado.

El método más fiable para confirmar el diagnóstico consiste en la realización de análisis de sangre para determinar si la persona posee cierto tipo de anticuerpos, lo que sugeriría una infección reciente por Chlamydia psittaci, pero los médicos suelen sospechar la existencia de la infección en personas que tienen antecedentes de exposición o contacto frecuente con las aves.

Los criadores y dueños de aves pueden protegerse evitando el contacto con el polvo de las plumas y de las jaulas de los animales enfermos. A los importadores se les exige que traten a las aves susceptibles con tetraciclina durante 45 días, tratamiento que suele eliminar el microorganismo.

Las personas con psitacosis reciben tratamiento con tetraciclinas administradas por vía oral durante al menos 10 días. La recuperación puede ser lenta, especialmente en los casos graves. El índice de mortalidad puede alcanzar el 30% en personas con psitacosis grave no tratada, aunque, con el tratamiento adecuado, la mayoría de los afectados se recuperan.

Austria, cuya prevalencia suele rondar los dos casos al año, ha informado en esta ocasión de 14 casos confirmados en 2023 y cuatro más este año.  Los casos no están relacionados y ninguna de las personas informó haber viajado al extranjero o haber estado en contacto con aves silvestres.

En cuanto a otros países como Dinamarca, donde se suelen registrar entre 15 y 30 casos humanos cada año, la mayoría derivados de la exposición a aves de compañía o aficiones como las palomas mensajeras, en esta ocasión ha ascendido estas cifras hasta los 23 casos.

En este recorrido por los principales países europeos afectados, en Alemania se han confirmado hasta ahora 19 afectados. En Suecia, el número ha llegado hasta 13.

La OMS ha advertido que seguirá monitoreando el brote y pide tanto a sanitarios como a posibles afectados que tengan este tipo de contacto con aves, una estricta higiene y mantener las jaulas limpias evitando el hacinamiento.