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Azoospermia: cómo ser padre cuando no hay espermatozoides en el semen

La azoospermia afecta a 1 de cada 100 hombres y es la causa de hasta el 20% de los casos de infertilidad masculina

En la actualidad, alrededor de 1 de cada 100 hombres presenta azoospermia, una condición responsable de hasta el 20% de los casos de infertilidad masculina. Se trata de una alteración espermática caracterizada por la ausencia total de espermatozoides en el eyaculado. Esta constituye uno de los principales retos en el abordaje de la infertilidad masculina, ya que, al no haber gametos en el eyaculado, la consecución del embarazo de manera espontánea es inviable.

Sin embargo, gracias a los avances en las técnicas de reproducción asistida, tener azoospermia actualmente no significa que tener hijos sea imposible. Así lo indica el Dr. Carlos Balmori, urólogo experto en medicina sexual e infertilidad masculina de la clínica de reproducción asistida Ginefiv, quien asegura que «hace solo una década, la azoospermia suponía renunciar a la posibilidad de tener hijos biológicos. Hoy, gracias a técnicas como la biopsia testicular convencional (TESE) y a la Microbiopsia testicular (MicroTESE), podemos recuperar espermatozoides viables en la mayoría de los casos de azoospermia obstructiva y en un 30-60% de los casos con azoospermia secretora».

Y es que existen dos tipos de azoospermia: la obstructiva, causada por una obstrucción o anomalía en cualquier zona del trayecto urogenital; y la secretora o no obstructiva, que consiste en un problema en la producción de espermatozoides de los testículos. Esta última, que representa hasta el 70% de los casos, puede ser congénita (presente desde el nacimiento) o adquirida, y suele estar causada por factores hormonales, infecciones previas, tratamientos médicos agresivos o incluso factores ambientales.

Aunque en casos de azoospermia secretora el primer tratamiento indicado podría ser el hormonal, las técnicas de recuperación espermática (TESE o MicroTESE) son una opción siempre que se detecten espermatozoides viables. Esta técnica permite obtener tejido testicular mediante una intervención mínimamente invasiva. El experto de Ginefiv explica que, «aunque los gametos masculinos extraídos suelen ser escasos, pueden emplearse en técnicas de reproducción asistida como la Fecundación In Vitro y la Fecundación in Vitro con inyección intracitoplasmática de espermatozoides (FIV-ICSI)».

Planificar la paternidad

Hoy, la preservación de la fertilidad masculina empieza a formar parte de la conversación sobre salud reproductiva, especialmente cuando se ha producido un declive de la calidad del semen en la última década. Por este motivo, el Dr. Carlos Balmori de Ginefiv insiste en la importancia de realizar estudios como un seminograma, ya que la azoospermia y otras alteraciones no suelen presentar síntomas evidentes.

La criopreservación de semen es una técnica clave para hombres que enfrentan tratamientos médicos intensos o cirugías testiculares. Al conservar las muestras en bancos especializados, se mantiene su calidad y viabilidad durante años, ofreciendo una oportunidad real para preservar la fertilidad. Esto cobra especial relevancia en casos de azoospermia secundaria, donde contar con esperma congelado puede marcar la diferencia a la hora de tener hijos, concluye el experto.