Salsa rosa picante
La salsa rosa es una de las salsas más típicas y tradicionales que existen ¿verdad?
¿Os acordáis cuando eramos pequeños y todo se servía con mayonesa o con salsa rosa como segunda (y arriesgada) opción? Por aquel entonces, se usaba para decorar o acompañar algunos platos, digamos, un tanto arcaicos que, consiguieron relegar a esta salsa a un segundo plano.
Pese a esa fama de «antigua» que algunos insistieron en colgarla, la salsa rosa ha sabido reinventarse con el tiempo y formar parte de recetas exquisitas, innovadoras y actuales.
Por eso, hoy os proponemos «rescatar» esta salsa y, hacerle un hueco en nuestras cocinas y, porqué no, en nuestras creaciones.
¿Empezamos ya con esta salsa rosa picante?
Ingredientes:
- 1 huevo
- Aceite de girasol
- Zumo de 1/2 limón
- Sal
- Ketchup
- Tabasco
- Brandy
Elaboración:
Comenzaremos preparando una mayonesa que usaremos como base de esta salsa.
Para ello, pondremos en el vaso de la batidora el huevo, un buen chorro de aceite de girasol (como 2 dedos), una pizca de sal y el zumo de limón. Recomendación: A la hora de echar el huevo, procurad no hacerlo desde muy arriba para que al caer no se rompa la yema, ya que ésta nos indicará, en caso de duda, si el huevo que estamos usando es fresco o no (no obstante en esta entrada podréis encontrar diversos consejos acerca de cómo saber si un huevo es fresco). En cuanto a la cantidad de zumo de limón que echaremos, dependerá de cuanto sabor a este queráis que tenga vuestra mayonesa.
Con todo listo, meteremos el mango de la batidora hasta el fondo del vaso y, sin moverla ni levantarla, batiremos hasta que empiece a espesar. Con este sencillo truco, lograreis que la mayonesa no se corte y tengamos, por lo tanto, que repetirla de nuevo.
A medida que batáis, iréis notando si ésta quedará un pelín líquida o no, algo que, en caso de ocurrir, podremos solucionar añadiendo más cantidad de aceite de girasol mientras batimos.
Consejo: Si en vez de usar aceite de girasol, preferís sustituir ésta por aceite de oliva, elegid aquella que sea más suave para que nuestra salsa no resulte demasiado fuerte.
Una vez tengamos lista la mayonesa, la dejaremos reposar unos minutos en la nevera.
Mientras, nos pondremos con la otra parte de la mezcla.
En un cuenco echaremos una cucharada de ketchup y añadimos un poquito de tabasco. Por mucho que nos guste el picante, no conviene que nos excedamos con este último ingrediente, ya que con poca cantidad conseguiremos bastante sabor. ¿Lo mejor? Ir echando, probando y rectificando.
Removemos bien y agregamos unas gotitas de brandy. Este paso es opcional y, si queréis, podéis suprimirlo o sustituirlo por ron.
Finalmente, mezclamos ambos resultados en un cuenco y servimos.
¡Y ya tendremos esta curiosa salsa rosa picante!
Sugerencia: La salsa rosa no tiene porqué estar supeditada a acompañar siempre aquellos platos que contienen marisco y, concretamente, langostinos. Podemos usarla en numerosas opciones, como por ejemplo, de broche en una tosta de pastel de cabracho o, como espuma ligera al lado de un buen rape.
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