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Luto en la geología española: los científicos confirman el adiós definitivo del último glaciar leonés

  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

En uno de los enclaves más elevados de la Cordillera Cantábrica, un glaciar que había resistido durante siglos finalmente ha desaparecido.

La desaparición de este cuerpo helado marca el fin de un elemento geográfico singular y evidencia la rapidez con la que el calentamiento global está transformando los paisajes de alta montaña.

El adiós al último glaciar leonés: ya hay una confirmación científica de su desaparición

El fallecimiento geológico del antiguo glaciar, conocido como Trasllambrión, se certificó el 10 de octubre de 2025, tras una inspección realizada por el geógrafo Javier Santos González y el grupo Geopat de la Universidad de León.

Este pequeño resto glacial se encontraba bajo la Torre del Llambrión, en el macizo de Los Urrieles, a más de 2.400 metros de altitud. Durante dos décadas, el equipo de la ULE documentó su retroceso mediante ascensiones anuales, un seguimiento que terminó confirmando su desaparición definitiva.

Según detalla Spanish Revolution y recoge también el Diario de León, el Trasllambrión había experimentado un declive constante desde finales del siglo XX. En sus mejores momentos llegó a ocupar alrededor de diez hectáreas, pero en los años 90 ya mostraba señales de desmoronamiento.

Para 2023 apenas superaba la media hectárea y se presentaba fragmentado en varios bloques desconectados. La expedición final halló únicamente una pequeña mancha de hielo de dimensiones mínimas, insuficiente para considerarse un glaciar activo.

Origen del Trasllambrión y su valor climático: un legado de la Pequeña Edad del Hielo en nuestro país

El origen de este cuerpo helado se remonta a la Pequeña Edad del Hielo, periodo frío que se extendió entre los siglos XIV y XIX. No debe confundirse con los grandes glaciares pleistocenos que modelaron valles enteros como el del Sil, de hasta 450 kilómetros cuadrados.

Su desaparición representa algo más que un dato científico, ya que simboliza la pérdida de un monumento natural que conserva las huellas químicas y sedimentarias del clima pasado.

Tal como recuerda el European State of the Climate 2023, Europa se está calentando al doble de la media global, lo que acelera la extinción de masas heladas en todo el continente.

En la Cordillera Cantábrica, el Trasllambrión se suma a las desapariciones previas de La Forcadona y La Palanca, mientras que el Jou Negro, en Asturias, agoniza.

Consecuencias ambientales de la muerte del glaciar: un paisaje transformado en roca desnuda

El vacío dejado por este glaciar leonés no compromete los recursos hídricos de la zona, pero sí provoca una transformación profunda del entorno del Parque Nacional de los Picos de Europa.

Sin la presencia reguladora del hielo, predominan las superficies áridas, las filtraciones rápidas y un paisaje kárstico desnudo. Lo que queda como testimonio de su existencia son las morrenas, acumulaciones de rocas que señalan los límites del glaciar desaparecido.

La advertencia es global: el Atlas de Glaciares de la UNESCO (2022) prevé que tres de cada cuatro glaciares de montaña podrían desaparecer antes de 2100 incluso cumpliendo los compromisos climáticos actuales.

La muerte del Trasllambrión es un anticipo de un futuro incierto para todas las montañas de la Tierra.