Los cinco momentos de Bale en el Real Madrid

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Repasamos los cinco mejores momentos de Bale como madridista.
Iván Martín

La semana comenzará de una forma muy especial para Gareth Bale. Antes de viajar hasta Polonia para afrontar la cuarta jornada de la fase de grupos de la Champions League, el galés tendrá una cita en el estadio Santiago Bernabéu para firmar su renovación hasta 2022 con el Real Madrid. Su gran trabajo en estas tres temporadas en la casa blanca se verán reconocido en la ampliación de contrato y su aumento de sueldo. A continuación, repasamos sus cinco momentos con la camiseta blanca.

Un debut esperanzador


Bale debutó con el Real Madrid en El Madrigal el 14 de septiembre de 2013. En el primer partido que estuvo disponible Carlo Ancelotti le dio la titularidad. En un duelo complicado, el de Gales hizo su primer gol con la zamarra madridista y jugó una hora, hasta que fue sustituido por Ángel di María. Un debut esperanzador.

El día que nació el Expreso de Cardiff


Bale siempre ha tenido un idilio especial con las finales. Una cualidad que demostró desde la primera que jugó como madridista. Fue la final de la Copa del Rey y el rival era el Barcelona. Sin Cristiano Ronaldo, lesionado, el atacante se tuvo que echar el equipo a la espalda y lo hizo con nota. En el minuto 85, con 1-1 en el luminoso, recogió un balón en largo de Coentrao y desde ese momento todo lo que sucedió después es historia. Dejó en evidencia a Bartra en un carrera inolvidable para plantarse en el área del Barcelona y batir a Pinto. Un gol que valió un título. No sería el último.

El gol que daba la Décima


Sergio Ramos hizo el gol de la ilusión en Lisboa aquel 24 de mayo de 2014. Pero fue Bale el que transformó la diana que valía la Décima ante el Atlético de Madrid. En la prórroga Bale hizo buena una jugada personal de Di María para aparecer en el segundo palo libre de marca y empujar con su cabeza el esférico a las redes rojiblancas. Hasta Xabi Alonso fue preso de la emoción y saltó desde la grada al césped para celebrarlo. 

Un gol con billete a Milán


En unas semifinales complicadas y con pocos goles, fue Gareth Bale el que encontró el premio. Ante el Manchester City, en la vuelta celebrada en el Bernabéu, el británico fue el encargado de transformar una diana que valió la clasificación a la final de la Champions. Bale corrió la banda derecha, pisó el césped y en un intento de centrar y tirar el balón terminó en el fondo de las redes.

Nunca un gol del cojo fue tan especial

Bale estaba cojo. Gareth no podía más. Bueno, sí podía golpear una vez más el balón. En la final de la Champions League el de Cardiff se desfondó durante los 120 minutos. Lo peleó todo y lo terminó pagando cuando sus músculos dijeron basta. Pero cuando llegó la siempre temida tanda de penaltis Bale quiso ser protagonista. No podía casi andar, pero se encaminó con confianza hacia la meta atlética, colocó el balón en el punto de penalti y disparó. Gol, alegría y un fuerte dolor que le hicieron dar unos saltos que ya son historia del Real Madrid. Bale siempre está cuando se le necesita.

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