Opinión

Zinedine Zidane no merece desprecio

Que el Real Madrid haya perdido —momentáneamente—  sus signos de identidad —arrojo, clase, fuerza y supremacía—, no son razones bastantes para denigrar al mejor equipo del mundo, por no decir de todos los tiempos. Poner en solfa, con epítetos zafios e indignos a profesionales venerados en todo el planeta, por caer en la Copa del Rey ante un aguerrido Leganés, no es una vergüenza, sino un simple fracaso, como declaró el entrenador de los blancos, Zinedine Zidane. ¿O los que ofenden al 11 del Bernabéu, jamás han tenido un fracaso en su vida sin necesidad de que, además, los insulten?

No recuerdo desde cuánto hacia que el Madrid no tenía un mister tan prolífico en la obtención de títulos y tan elegante y respetuoso en el trato con la prensa. Pocos entrenadores protegen a sus jugadores del modo que lo hace este francés. Da la oportunidad de jugar a quien nunca la tuvo, cuida al crack igual que si fuera un caballo de carrera y controla aspiraciones, deficiencias, egos y pedigrees con la misma facilidad y acierto que Rafa Nadal gana un Grand Slam. Zizou en el campo fue un genio único y como jefe del vestuario merengue, sigue siendo una estrella que brilla sin cesar.

En el estúpido panorama del fútbol de hoy, donde importa más si CR7 se mira en el espejo de un móvil para ver el tajo que le acaban de hacer, en lugar de apreciar el fabuloso gol que acaba de meter a riesgo de jugarse el ojo, parece normal que proliferen los idiotas que tachen de inútil a un profesional de la talla de Zidane. Las anécdotas vanas infravaloran el talento. Los héroes pasan a ser leprosos y son detestados, porque una mera derrota autoriza a hacerles añicos. Ya no interesa el gran Zizou que logró dos Champions seguidas, cosa que nadie antes logró. La consigna actual es denigrar al mito.

El mes entrante habrá que vérselas a cara de perro con el PSG. Y, a cara de perro, muy pocos equipos hay que puedan con los blancos. Así que mucho ánimo y mostrad vuestra clase. Los carnavales nos aguardan. Veremos quién ríe o sonríe el último. A mí me da que va a ser Zizou y cuantos jueguen a sus órdenes. ¡Hala Madrid!