Opinión

Visita a zona tormentosa

De los equipos que bordean el pozo, el Almería no es de los más agobiados. Tras la victoria del Cádiz de este viernes noche, una hipotética victoria del Getafe sobre el Elche en el Coliseum Alfonso Pérez, le dejaría por detrás de los azulones si no le gana al Mallorca.

El Power House Stadium, antes denominado de los Juegos del Mediterráneo, ha sido la base de los puntos que atesora, 36, solo dos por encima del descenso, aunque los hay en peor trance. Pero, en efecto, 29 de ellos los ha sumado en casa, donde ha marcado muchos goles, pues es el sexto local que más ha marcado, si bien al taparse la cabeza ha dejado al aire los pies siendo uno de los que más ha encajado en su feudo.

Rubi utiliza normalmente un 4-4-2, con Fernando en la meta, Pozo y Centelles en los laterales, aunque en la izquierda también tiene a Akieme, muy ofensivo, con Ely y Babic de centrales. Un gran «cinco argentino», Robertone, aunque esa función también la asumen De la Hoz, Eguaras o Melero. Por delante tiene hombres muy peligrosos del estilo de Samu Costa, media punta, o Ramazani, ocasionalmente el delantero más adelantado si no juegan Leo Baptistao o Luis Suárez, su verdadera referencia arriba. A veces sale Embarba, un artillero a vigilar en lanzamientos desde larga distancia. Su ausencias para el compromiso, que lo es, se centran en Kaiki, El Bilal, Martín y tal vez Chumi. Ninguna baja importante.

Javier Aguirre asegura que sus futbolistas asumen el reto de quedar en la posición más alta posible. Ya veremos. Fuera de casa han sido muy vulnerables. Gio se ha recuperado en buen momento, ya que Raillo, Jaume Costa y Augustinsson siguen en la enfermería. Tampoco han viajado Galarreta y Morlanes. El uruguayo está llamado a la banda diestra, con Maffeo en la contraria. Baba y ¿Antonio Sánchez? si no repite como lateral. Grenier tiene opciones, igual que el mallorquín bajar a la defensa y Gio al centro de la zaga con Valjent y Copete. Amath, Kang-in Lee y Muriqi no pueden fallar. Dadas las circunstancias no hay mucha más cera que la que arde.

Por primera vez esta temporada Del Cerro Grande, pitará a los mallorquines. No hacía ninguna falta. Con 47 años debería haberse retirado hace dos. No lo hizo y lleva a cabo su peor temporada, con actuaciones particularmente escandalosas en el Cádiz-Elche (1-1) o el Valencia-Sevilla (0-2), en los que influyó decisivamente en ambos resultados con errores impropios de un árbitro internacional. Una despedida a tiempo le habría evitado ya no polémicas, sino ridículos. El madrileño si que ha arbitrado ya dos veces en Almería, con el Cádiz (1-1) y el Celta (3-1).