Plan de Excelencia Educativa, vale, pero ¿para quién?

El conseller de Educación, Antoni Vera, ha anunciado que el Govern creará el Bachillerato de Excelencia para los alumnos a partir de 4º de ESO que reclamen una formación exigente. La idea al parecer es dar respuesta a los alumnos con brillante expediente que muestren una especial motivación para profundizar en conocimientos. ¿Cómo se hará? Pues a través de becas destinadas al aprendizaje en inglés en centros del extranjero.
Siguiendo con esta propuesta y entendiendo que no se trata en absoluto de una idea de bombero sino todo lo contrario, la cosa irá de estar un trimestre con estancia formativa en el exterior, en algún lugar del mundo mundial. Y este anuncio, curiosamente, viene a coincidir con una campaña del Govern a propósito de la fallida libre elección de lengua, con este eslogan: Ahora lo importante es que tú eliges’ Vayamos por partes.
¿Qué pensará de todo ello Vox, que aupó al PP al Govern, previa exigencia de respetar escrupulosamente la libre elección de lengua? Cosa que no ha ocurrido, evidentemente; de manera que es plausible concluir que muchos alumnos de lengua materna no catalana han sufrido barreras para estar en condiciones de acceder a la excelencia por la cerrazón de los nacionalistas. La respuesta del PP, irónicamente, se limita a que ahora lo importante es que tú eliges, aunque todos sabemos que no es cierto. Pura hipocresía.
El sistema educativo en Baleares, copiado a pies juntillas del catalán, se basa en la inmersión lingüística, sí o sí en el catalán. Apelando a las leyes soeces que gobiernan nuestro sistema público de Educación, el concertado también –que no deja de ser absolutamente dependiente de lo público-, depende del claustro y la dirección de los centros escolares aceptar o no aceptar eso de la libre elección de lengua. Teniendo en cuenta la colonización por parte de educadores supremacistas, la mayoría de las veces próximos a Més, también al PSIB-PSOE, cómo no Unidas Podemos y –patético- también al PP, el resultado, bien comprobado, ha venido siendo una negativa -fraudulenta- a facilitar el proceso de elección de lengua. Porque es público y notorio.
Instancias internacionales, como la ONU, han reconocido por activa y por pasiva que en los primeros años de enseñanza es imprescindible el respeto a la lengua materna para garantizar un adecuado proceso de formación al objeto de garantizar la preparación del alumno. Aquí, como en Cataluña, se niega sistemáticamente esa posibilidad y sin que la autoridad educativa imponga su criterio, alegando que los centros son autosuficientes. Lo que se traduce en la sistemática negación del imperio de la Ley. Consenso lo llaman.
No es de recibo, se mire cómo se mire, que la autoridad educativa esté atada de pies y manos cuando se trata de dictar normas, al valer mucho más esa decisión arbitraria (el consenso) de secundarios, frenando una autoridad superior. Todo un contrasentido. Porque en efecto, la dirección y el claustro de centros educativos se deben orgánicamente a la Conselleria del ramo.
Esta pérdida de autoridad se ha enquistado en nuestro sistema educativo, lo que invalida cualquier idea o propuesta de Bachillerato de Excelencia. Plan de Excelencia Educativa. Vale. ¿Para quién? ¿En el proceso seguido, cuántos habrá, que hayan sido capaces de superar sus grandes limitaciones?
Es más. ¿Vale con un trimestre? Esto me lleva a mis años escolares durante el Franquismo, cuando existían las becas Fullbright, que te permitían cursar Preuniversitario en algún High School de los EEUU. Habitual, en aquellos tiempos oscuros de la dictadura. Y no era cosa de un trimestre, sino de un curso completo. Imagino algunos adolescentes pesemeros, perdidos por los pasillos de un centro escolar estadounidense. Volverían liberales, claro que sí. Porque viendo mundo, suele pasar: se desvanece la pardalería genética.
En cualquier caso, ánimo con el Bachillerato de Excelencia, si la cosa acaba finalmente en buen puerto. Al menos, los adolescentes de papás gauchistas descubrirán que hay un mundo fascinante más allá de tantas sobremesas.
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