Opinión

Víctimas de la dictadura del catalán que impuso Armengol

Lo ocurrido en Balares tiene precedentes, pero en esta ocasión la dictadura del catalán impuesta durante el Gobierno de la socialista Francina Armengol va a triturar las aspiraciones profesionales de 80 enfermeros que aprobaron la oposición en noviembre de 2023 y que, por no tener un certificado de catalán que no era requisito indispensable en las bases del concurso, han perdido ahora su plaza. Surrealista.

Y es que en las bases del concurso se especificaba que los aspirantes que no tuvieran el certificado de catalán y que en el momento de la convocatoria de las oposiciones ya estuvieran trabajando como interinos en el Servicio de Salud de Baleares, disponían de dos años para acreditar el conocimiento de la mencionada lengua. Los 80 aspirantes de la península y Canarias no estaban trabajando en la sanidad pública de Baleares y, por tanto, ahora no tienen la oportunidad de conseguir el certificado de catalán en un plazo de dos años.

Resulta obvio que estamos ante una lacerante discriminación y que estos profesionales se encuentran en una situación de indefensión palmaria. Otra vez la dictadura del catalán se lleva por delante la carrera profesional de decenas de sanitarios sin que el actual Gobierno autonómico del PP les ofrezca una solución. Es cierto que la responsabilidad de este esperpento recae sobre la socialista Armengol, pero cuesta entender que el Ejecutivo autonómico de Prohens no sea capaz de reparar la injusticia.

Es cierto que en agosto de 2023 el nuevo Gobierno de Baleares eliminó el requisito del catalán a todos los sanitarios, pero esta medida, según el Ejecutivo autonómico, no puede tener efectos retroactivos y no puede beneficiar a los enfermeros que acudieron a unas oposiciones convocadas antes de la supresión del requisito. Jurídicamente, es posible que así sea, pero lo que está claro es que estos profesionales merecen una reparación por los daños causados. Son víctimas de la dictadura del catalán.