Opinión

Vicente Gil: «Sánchez, la ‘Ser’, el PNV y Bildu son lo mismo»

El candidato de Bildu, Pello Otxandiano, se ha negado a llamar «grupo terrorista» a ETA. ¡Vaya novedad!

El Gobierno de Sánchez y el PSOE se han puesto estupendos, se han hecho los ofendiditos y, haciendo mucho teatro, han dicho que «es una ofensa a las víctimas». Son unos amorales. Pilar Alegría debería lavarse la boca con jabón antes de citar a las víctimas de ETA, a las que Sánchez no ha recibido en 6 años que lleva en Moncloa.

Pilar Alegría ha dicho también que esas declaraciones del candidato de Bildu son «incompatibles con la democracia». Y lo dice una señora que si es portavoz del Gobierno y da esa rueda de prensa en Moncloa es gracias a Otxandiano, a Otegi, a Bildu y a ETA, que son los que les mantienen ahí. Definitivamente, hablan para ignorantes e idiotas. Sánchez y el PSOE no tienen vergüenza alguna.

Quedan cinco días para las elecciones vascas y la maquinaria de Moncloa se ha puesto a echarle una mano al PNV porque su voto está desmovilizado y necesitan agitar a los peneuvistas indecisos con el miedo a que gobierne Bildu. No me extrañaría que, después del show en la Ser, el que ha atacado a Imanol Pradales, del PNV, con un spray, haya sido Bolaños o Santos Cerdán disfrazados con tal de dar a conocer al desconocido candidato nacionalista.

La cadena Ser lleva años, en sus programas y tertulias, blanqueando a Bildu y alabando su carácter de partido «democrático». La Ser ha blanqueado a Bildu, incluso, mintiendo. Asegurando que ha condenado el terrorismo. Ni lo han condenado ni han ayudado a esclarecer los 300 crímenes de ETA sin resolver.

Pero, de repente, o casualidad, en el inicio de la última semana de campaña, con Bildu arrasando en las encuestas y el PNV cayendo, a la Ser le entra una preocupación enorme por saber si Bildu considera a ETA una organización terrorista. El periodista Aimar Bretos preguntó y repreguntó al candidato de Bildu, Pello Otxandiano, hasta sacar lo que quería.

¿Recibió la Ser indicación de Moncloa? No lo duden. Quedan cinco días para darle la vuelta a las encuestas y algo no debe de ir cómo Sánchez tenía planeado para que la Ser, de repente, se acuerde de ETA.

La pregunta es: ¿Qué pretende Moncloa llamando a sus esclavos de la Ser? La encuesta que hemos publicado en OKDIARIO indica que PNV y PSOE no llegarían a la mayoría absoluta de 38 escaños. Les faltaría uno.

La apuesta del PNV de quitar a un candidato reconocible y tradicional para su electorado como Urkullu para intentar pelear a Bildu el voto joven con el desconocido Imanol Pradales ha sido un fracaso. A cinco días de las elecciones, nadie conoce a Pradales.

De manera que, agitando en la cadena Ser el fantasma de Bildu, Moncloa le está haciendo un favor al PNV y al propio Sánchez. Porque Sánchez sabe que si el PNV no sigue en el Gobierno vasco se le acaba el chollo de La Moncloa.

Pero más allá, la entrevista en la Ser permitirá a Sánchez cubrirse. Si gana Bildu, el lunes dirá que el PSOE no puede hacer lehendakari a un señor que dijo que ETA no es un grupo terrorista. Es todo una farsa. Sánchez, la Ser, el PNV y Bildu son lo mismo.

Sánchez necesita que el PNV gobierne para seguir en Moncloa, pero la pregunta es: ¿Podría gobernar Bildu si gana?

Podría, desde luego, pero Bildu no tiene prisa. Otegi, que es el que manda, sabe que tiene un encargo prioritario de ETA: exprimir la debilidad de Sánchez en Madrid para terminar, en esta legislatura, de sacar a los etarras a la calle.

Para eso, lo primero que hizo Bildu fue esconder al propio Otegi y poner a un candidato, el tal Otxandiano, con aspecto de no haber roto un plato en su vida, hablando sostenibilidad, vivienda, cambio climático, impuestos… Todo muy bonito y nada de ETA.

Pello Otxandiano es como Harry Potter, pero en plan gudari. Y está haciendo magia, realmente. Porque, gracias al blanqueamiento del PSOE y de medios como la Ser durante años, Otxandiano se está llevando de calle no sólo el voto etarra (joven y mayor), sino también -como pasó en Galicia con el BNG y Ana Pontón- el voto joven de izquierdas: del PSOE, Podemos y Sumar.

En el Euskadi Buru Batzar del PNV están un poco, por decirlo en vasco, beldurtuta. O sea, acojonados.

Bildu no tiene prisa. Sabe que el electorado del PNV por edad, se va a ir muriendo y que, el suyo, por edad, va a durar muchos años.

El pacto de Bildu con Sánchez es mantenerlo en Moncloa a cambio de que saque a los presos en esta legislatura. Fíjense. Ya están todos en cárceles vascas o cercanas. Los han colocado ahí para el siguiente paso que el PSOE pactó con ETA: derogar la legislación penitenciaria extraordinaria que rige para los terroristas y que pasen a la legislación penitenciaria ordinaria, como la de un choricete cualquiera que roba un bolso.

Esta es la puerta de los presos a la calle. Es una vieja reivindicación que ya Otegi planteó al socialista Jesús Eguiguren hace 20 años en aquel caserío donde se veían a escondidas mientras Zapatero traicionaba al PP y firmaba con Aznar el Pacto Antiterrorista.

En una sóla legislatura, Sánchez no sólo ha acercado a los terroristas de ETA a cárceles vascas, humillando cada viernes a las víctimas, sino que les ha permitido ir progresando de grado. A día de hoy, sólo hay un terrorista de ETA en primer grado en cárceles españolas. Sólo uno de casi 200. ¡Gracias Marlaska! El resto están en segundo grado o tercer grado, que es, de facto, entrar y salir de la cárcel.

Otegi decidirá el domingo, cuando vea los resultados, qué le conviene más para sacar a los presos. Lo normal sería seguir como ahora para exprimir a Sánchez en el Congreso.

Pero cuidado. Porque hay un matiz. Sánchez ha cedido estos años (ilegalmente) la gestión de las condenas de los presos de ETA al gobierno vasco del PNV para que progresen de grado penitenciario cuanto antes y Otegi podría decidir intentar gobernar para disponer directamente de esa herramienta que el propio Sánchez les ha brindado.

Pase lo que pase el domingo, el PNV merecerá perder y que Bildu levante las alfombras de la corrupción (como le pasó a Pujol en Cataluña) para terminar de hundirlo. El objetivo final de ETA fue, siempre, España y el PNV.

La realidad es que ETA ha ganado en todos los frentes gracias a Zapatero, al PSOE de Sánchez y al PNV. Y, también, al PP de Rajoy que tragó con las negociaciones del infame ZP en vez de haber machacado del todo a ETA. ¡Hay que ser tonto!

Sánchez salvará al PNV, al final, por la cuenta que le trae, pero el PNV merecería perder. El PNV ayudó a crear ETA con Franco, alentó el terrorismo de ETA y se benefició de él en democracia y se han dedicado -durante decenios- a educar a miles y miles de niños y jóvenes vascos en el odio a España y la justificación del terrorismo. Ahora, esas generaciones de vascos entre los 18 y los 40 años votan a Bildu porque los del PNV les parecen unos «españolazos». ¡Que se joroben!

El PNV lleva 40 años sembrando vientos y, ahora que sus votantes mayores se van muriendo, recoge tempestades.

La sociedad vasca está moralmente enferma. Enferma de olvido, mirando a otro lado y rendida ante unos terroristas miserables, un nacionalismo filonazi y un PSOE traidor. Que les gobierne Bildu si quieren. O sea, ETA.