Opinión
Candilazos

El turno de España

Las primeras elecciones generales tras el golpe de Estado en Cataluña de aquel otoño negro de 2017 no pueden ser nunca unos comicios más. Ni pueden, ni deben. La cita de este domingo es crucial, histórica, trascendental, porque está en juego que los independentistas decidan quién ha de ocupar el Gobierno de la Nación, la mayor amenaza para la unidad del país y la integridad de España.

Con la salvedad de las autonómicas del 21-D en Cataluña, en las que Ciudadanos fue por primera vez la fuerza más votada, y del vuelco en Andalucía el pasado diciembre, los españoles no han tenido desde entonces la oportunidad de decir ‘basta ya’ al separatismo xenófobo de la manera más democrática: en las urnas. Esa opción por fin llegará este 28 de abril. Una jornada de valor incalculable. Por ello, la afluencia en masa a votar a las formaciones constitucionalistas es más necesaria que nunca. Y aquí no entran ni el PSOE de un Pedro Sánchez que promete relatores e indultos al racista Torra, al fugado Puigdemont y al preso Junqueras, ni sus aliados de Podemos, que incluso llevan como cabeza de lista por Barcelona a un independentista.

Porque el actual Gobierno del Señor Avión no salió inmediato de unas elecciones, sino que llegó vía moción de censura precisamente con el voto a favor de los que quieren romper España y de los herederos políticos e ideológicos de ETA. Sí, los que tienen la conciencia manchada de sangre, como la nekane de Bildu a la que saludó Sánchez en el bar privado del Congreso para agradecerle su apoyo y su buen tono en aquella sesión. La misma filoetarra que pidió un aplauso para los terroristas que volaron la T-4 de Barajas y asesinaron a Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio.

El constitucionalismo se juega este domingo que Sánchez no vuelva a retomar la senda de Pedralbes con sus concesiones al independentismo, pero también que la respuesta de un bloque ganador de centro-derecha no sea la de un 155 blando, como ocurrió en el mandato de Rajoy, con la amnistía, por ejemplo, al delictivo aparato de propaganda de TV3, petición expresa de los socialistas. Su director, Vicent Sanchís, fue procesado en abril por desobediencia en la publicidad emitida sobre el referéndum ilegal del 1-O, como le recordaron el miércoles Inés Arrimadas y Cayetana Álvarez de Toledo.

Aplicación de un 155 eficaz, cese del president y los consellers separatistas y del segundo escalón de esta administración, gestión de la Generalitat desde la Delegación del Gobierno, intervención de las cuentas de la comunidad, control de los Mossos d’Esquadra, poner TV3 y resto de medios públicos catalanes bajo una autoridad estatal… estas medidas apremiantes, con vigencia hasta que haya un Gobierno electo que cumpla la ley y la Constitución en esta región, son las que reclamarán los constitucionalistas este domingo en un caudal de esperanza que devuelva el Estado de Derecho y la convivencia a Cataluña. Al tiempo que ponga fin al hartazgo tras las agresiones sufridas. Es la hora de la verdad. Es el turno de España.