El trumpismo lingüístico del PSC

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Los socialistas catalanes critican mucho a Donald Trump pero aplican a pie juntillas su política de intentar erradicar el español. Cuando el alcalde de Barcelona, el muy socialista Jaume Collboni, usa solo la lengua catalana en las señales de tráfico, rótulos informativos, carteles y en otros tipos de elementos de comunicación con los ciudadanos e ignora el español hace lo mismo que el líder del movimiento MAGA (Make American Great Again).

El make the catalan great again de Salvador Illa es el eje de su política lingüística, pero no solo para contentar a sus socios de Esquerra Republicana, también por convicción, para convertirse en el partido heredero del pujolismo. Cuando el Govern riega con subvenciones a entidades hispanófobas que se dedican a la delación lingüística, como Plataforma per la Llengua, para que persigan el uso social del castellano lo hace porque el PSC cree que el catalán es la lengua propia de Cataluña y que es la única que se ha de utilizar en el espacio público.

Cuando los socialistas insisten en utilizar un sistema nocivo para los niños castellanoparlantes – la inmersión lingüística – lo hacen porque creen que catalán ha de ser la lengua de uso social y por lo tanto han de intentar que los alumnos olviden el castellano. Y que como mucho lo usen cuando vayan a ver a sus familias, si las tienen, más allá de los límites de lo que los pancatalanistas llaman «Países Catalanes». O para cantar en las discotecas el último éxito de Bad Bunny.

El America first de Trump es el equivalente al the catalan first de Salvador Illa. Un ‘todo por la lengua’ para intentar cumplir el sueño húmedo del separatismo catalán: desterrar al español porque la consideran una lengua de ocupación, la lengua de la Policía Nacional, el Ejército y la Guardia Civil. No olviden que la inmersión lingüística en las escuelas catalanas no es una invención de Jordi Pujol ya que fue impulsada por Marta Mata, una pedagoga del PSC que recibió un homenaje en la Cámara autonómica catalana hace unos días. Por suerte, Vox y PP se negaron a votar a favor de esta barbaridad.

En TV3, Catalunya Ràdio y en el resto de medios de comunicación subvencionados por el PSC se potencian los perfiles de presentadores, periodistas y humoristas que defienden el perseguir el uso social del español. Y los socialistas lo hacen porque quieren vender que existe un amplísimo consenso en la sociedad catalana sobre las bondades del catalán como lengua de cohesión. Es mentira. Una absoluta y puñetera patraña. Pura propaganda secesionista. El catalán está reculando porque el fanatismo lingüístico de socialistas y separatistas ha conseguido que muchos catalanes vean al catalán como una lengua de agresión y no de integración.

La lengua real de integración es el español que es uno de los idiomas más hablados del mundo y con el que te puedes mover, sin problemas, en multitud de países. El catalán se ha convertido en una herramienta de ingeniería social para construir una Cataluña en miniatura que rompa sus lazos con el resto de España. De ahí la obsesión separatista y socialista de perseguir al español para que no se hable ni siquiera en los comedores ni en los lavabos de las escuelas. Resistir al tribalismo lingüístico de socialistas y separatistas es una obligación para cualquier demócrata de bien que quiera respetar la cultura común de todos los españoles. El catalán es una lengua culta y bella que, por desgracia, hace tiempo que ya no es un instrumento de comunicación sino de imposición. Y ante las imposiciones sólo queda la resistencia.

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