Opinión

Tres sobres con balas y una gigantesca mentira

¿Se acuerdan ustedes de los sobres con balas que en vísperas del 4M recibieron el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; el ex líder de Podemos, Pablo Iglesias, y la directora de la Guardia Civil, María Gámez? ¿Se acuerdan ustedes que el ministro prometió investigar hasta sus últimas consecuencias lo ocurrido? ¿Se acuerdan que  Vox decidió presentar una denuncia tras conocer las irregularidades en los protocolos de detección que se produjeron cuando las balas pasaron los controles de Interior sin ser detectadas? Pues bien: de investigación, nada. Cómo será que ha sido el propio juzgado el que se puso en contacto con la Brigada de Información al constatar que no habían recibido aún ningún tipo de dato sobre el avance de las pesquisas. Y la contestación de la Brigada de Información fue que el juzgado reiterara su oficio por correo electrónico, porque el fax policial estuvo inoperativo durante un tiempo.

En suma, al Ministerio de Interior de Marlaska, una vez celebradas las elecciones madrileñas, no le interesaba nada investigar lo ocurrido. Ni PSOE ni Podemos han dicho nada desde entonces y la Policía no ha avanzado en las investigaciones porque no sabían que el Juzgado les había solicitado informarles sobre el curso de las pesquisas. Surrealista. Al final, la explicación de lo ocurrido es sencilla: la izquierda instrumentalizó políticamente los envíos de los sobres al objeto de inventarse un supuesto plan de desestabilización de la democracia promovido por el «fascismo». Sabían que no era cierto, pero aún así decidieron seguir adelante para generar la falsa idea de que la extrema derecha estaba detrás de los sobres.

Una vez la izquierda se estrelló contra Isabel Díaz Ayuso en las urnas, los sobres con balas quedaron en nada. Por fortuna, Vox acudió a los tribunales. Lo ocurrido revela hasta qué punto el socialcomunismo construyó un plan abyecto de criminalización de la derecha. Así se las gasta esta gente. No tienen vergüenza.