Opinión
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Silencio en el PP tras el pacto de derechas en Portugal

El 18 de mayo, se celebraron elecciones parlamentarias en Portugal. El primer ministro en funciones, Luís Montenegro, del Partido Social Demócrata, aliado del PP español en el PPE, aumentó su bancada, pero, como explicamos aquí, quedó en una difícil situación, similar a la del alemán Friedrich Merz: para alcanzar la mayoría absoluta tenía que apoyarse o en la derecha, calificada de populista, o en los socialistas.

Al final, Montenegro ha logrado cuadrar el círculo, aunque sea por unos meses. Al presentar su Programa de Gobierno a la Asamblea, un requisito que impone la Constitución nacional, contó con los votos favorables de su coalición, Alternativa Democrática (91), e Iniciativa Liberal (9), a los que unió los del partido de derechas Chega (60), asociado a VOX en el grupo Patriots, y los del Partido Socialista (58). Es decir, una mayoría rotunda, de casi 220 diputados en un Parlamento de 230. Sólo ha quedado fuera la extrema izquierda en sus diversas manifestaciones.

La explicación reside en que ese Programa de Gobierno incluye 80 medidas muy variadas, entre las que hay algunas gratas a Chega y otras al PSP. En su discurso del martes 17 de junio, Montenegro destacó la reducción de la burocracia, la rebaja de impuestos, la reforma de la ley de la nacionalidad para limitar la concesión de pasaportes y la reagrupación familiar y la creación de una nueva unidad de control de extranjeros y fronteras.

En esta legislatura, el Partido Social Demócrata, situado en el centro político, va a oscilar entre Chega y el PSP, pendiente de las encuestas, de los deseos de sus votantes y de las necesidades parlamentarias. El lema de la campaña de Montenegro fue “Deixem o Luís trabalhar!”. Parte de ese trabajo consistirá en coser mayorías en la Asamblea.

Un ejemplo de los equilibrios que va a hacer entre derecha e izquierda es la exigencia de André Ventura, presidente de Chega, de la constitución de una comisión parlamentaria sobre la concesión de nacionalidades y visas de residencia desde 2017, cuando gobernaba el primer ministro socialista Antonio Costa. El motivo es el fallecimiento de siete ciudadanos portugueses en el accidente aéreo ocurrido en la India el pasado día 12. Se descubrió que esos “portugueses” ni residían en Portugal ni tenían familia en ese país, aunque sí podían votar en las elecciones.

Veremos qué ocurre cuando a Montenegro le corresponda elaborar la ley de Presupuestos Generales del Estado para 2026 y a cuál de los partidos satisface. ¿Aceptarán los socialistas bajar impuestos?, ¿cuál será la postura de Chega si no se frena la entrada de inmigrantes ilegales?

Añadíamos en esa columna publicada el 21 de mayo que lo que hiciese Montenegro sin duda influiría en la conducta de Alberto Núñez Feijóo, en el caso de que unas elecciones generales, cada vez más probables a la vista de la miríada de casos de corrupción del PSOE, le colocara en la misma situación. Sin embargo, no parece posible que los socialistas españoles apoyen un programa de gobierno que incluya disminuir impuestos y la inmigración.

Por lo que sea, ni el PP ni sus medios de comunicación más entusiastas han difundido esta noticia. ¿Quizás porque se temen que el Gobierno de Montenegro no va a durar?