Los científicos lanzan una dura alerta: dos de cada tres cigüeñas en España tienen plástico en sus intestinos

Una investigación desarrollada durante más de dos décadas en España sacó a la luz una problemática asociada al abandono de residuos y su impacto en cigüeñas. En el caso de la cigüeña blanca, los datos recopilados apuntan a un fenómeno constante de ingestión de materiales plásticos que afecta a su tracto digestivo.

Desde luego, los hallazgos no se limitan a la presencia de residuos, sino que exploran el tipo, la frecuencia y la posible relación con los hábitos alimentarios de esta especie emblemática de la fauna ibérica.

¿Cómo descubrieron que las cigüeñas en España tienen plástico en sus intestinos?

Entre 1997 y 2019, se realizaron necropsias a 1.550 ejemplares de cigüeña blanca fallecidos en territorio español.

El 67,4% de ellos presentaban restos plásticos en su aparato digestivo, según el estudio encabezado por Chabier González, del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Alfranca (CRFS), en Zaragoza. La investigación fue publicada en Ardeola, revista científica especializada de SEO/BirdLife.

Aunque estos materiales no fueron la causa directa de las muertes, su hallazgo masivo representa una evidencia clara del impacto de la «basuraleza» (término acuñado por el estudio que describe a los residuos abandonados en entornos naturales). El análisis reveló que:

• 342 cigüeñas portaban restos sólidos contaminantes.
• 142 individuos tenían más de un tipo de residuo en su interior.
• El material más común fueron las gomas de embalar (19,1%), seguidas por silicona (6,3%).

Las consecuencias incluyen formación de bolas compactas imposibles de expulsar de forma natural, ya que el intestino de estas aves sólo procesa sustancias líquidas o semilíquidas. La única vía de eliminación (las egagrópilas) resulta ineficaz ante estos residuos.

Vertederos, cultivos y objetos engañosos: ¿Por qué las cigüeñas ingieren basura?

El estudio encontró una fuerte correlación entre la alimentación en vertederos y la presencia de plásticos. Las cigüeñas que frecuentaban estos espacios mostraban un 70,8% de residuos ingeridos, siendo el 19,2% casos con grandes volúmenes. Sin embargo, no se trata de una problemática exclusiva de estos lugares.

En campos de cultivo también se detectó contaminación: un 24% de las cigüeñas asociadas a estos entornos tenían gomas en la molleja. Entre las razones destacadas, se encuentran:

• Sustitución de gomas ancla en frutales.
• Uso de bolsas para protección de cultivos como el melocotón.

En palabras de González: «No es raro encontrar gomas desechadas en estos campos en momentos específicos del año».

Además, se han identificado objetos que las cigüeñas pueden confundir con alimento por su forma y textura:

• Juguetes en forma de rana, pez o serpiente.
• Tetinas de biberón, sondas urinarias y jeringas de gomaespuma.
• Cuerdas de embutido aún unidas a restos cárnicos.
• Varillas de bambú de pinchos, que han provocado lesiones graves e incluso septicemias.

Estos objetos comparten ciertas características: son alargados, elásticos o blandos, similares a presas típicas de las cigüeñas como lombrices o anfibios. Esta similitud visual y táctil explica su ingestión accidental.

Otros detalles importantes del estudio

Como dato no menor, no se observaron diferencias significativas en cuanto a sexo o edad de las aves afectadas, aunque los pollos de nido presentaban mayores volúmenes de residuos. El 8% de estos jóvenes tenían grandes cantidades de gomas en la molleja, frente al 3,3% en cigüeñas adultas.

En cuanto a los materiales encontrados, destacan:

• Gomas de embalar.
• Silicona.
• Cuerdas de embutido con grapas de aluminio.
• Esquirlas de vidrio, papel, tela o cerámica, aunque en cantidades muy pequeñas.

Los plásticos duros o bolsas aparecen de forma testimonial. Pero no por ello menos problemáticos: pueden producir obstrucciones, lesiones internas o infecciones tras perforar órganos.

El sistema de selección alimentaria de la cigüeña se basa en la rapidez. Detecta la presa visualmente, la tantea con el pico y la traga con inmediatez. Este mecanismo funcionaba en un entorno natural, pero se ha vuelto riesgoso en paisajes alterados por residuos artificiales.

Un problema ambiental para reflexionar

La cigüeña blanca se convirtió así en la especie terrestre más afectada por la contaminación plástica, según los datos recopilados por el CRFS.

Esta problemática no se limita a su entorno inmediato, sino que refleja un patrón global de mala gestión de residuos y prácticas agrícolas que generan exposición constante a estos materiales.

El fenómeno conocido como «basuraleza» se ha documentado ampliamente en entornos marinos. Sin embargo, su impacto sobre aves terrestres como la cigüeña ha sido menos investigado. Este estudio ofrece cifras y evidencias que invitan a reflexionar sobre los efectos invisibles del consumo humano y el abandono de materiales en el medio natural.

Desde SEO/BirdLife se subraya que el 25% de las especies afectadas por plásticos son aves. Sin embargo, la ingesta masiva como la observada en cigüeñas es excepcional. González concluye que «la mejora en la recogida selectiva, el control de vertederos y el manejo agrícola son medidas clave» para reducir este tipo de afecciones en la fauna ibérica.

El informe también sugiere que el volumen y diversidad de residuos ingeridos por las cigüeñas está directamente relacionado con la densidad de residuos presentes en el entorno, lo cual hace urgente un replanteamiento de la gestión ambiental en zonas agrícolas y urbanas.