Si utilizara la misma vara de medir que empleó con Rajoy, Urkullu debería irse

El lehendakari Íñigo Urkullu ha reconocido la «actitud reprobable» de sus ex compañeros del PNV que han sido condenados por la Audiencia Provincial de Álava a penas de hasta 13 años de cárcel por delitos de corrupción y ha pedido disculpas por ello, pero, lejos de aplicarse la doctrina que aplicó a Mariano Rajoy para tumbarle en la moción de censura, el jefe de Gobierno vasco -que lo era cuando se cometieron los delitos- resaltó la trayectoria intachable del PNV y se jactó de haber aplicado todas las medidas cautelares. Conclusión: otro que practica la ley del embudo y tiene vista de lince para ver la viga en ojo ajeno, pero está ciego para ver la viga en el propio.

Los mismos que hicieron jirones al PP por el caso Gürtel y le acusaron de ser una organización criminal planean sobre su propia corrupción con un nivel de hipocresía que provoca grima. Véase la respuesta del PSOE a la sentencia de los  ERE -Griñán y Chaves son honrados porque no se llevaron un euro- o del PNV -somos un partido de trayectoria intachable- o Podemos, que a raíz del escándalo desatado tras denunciar  OKDIARIO  el trato indigno dispensado por Irene Montero a su escolta, arremetió contra sus abogados acusando incluso a uno de ellos de abuso sexual.

Los mismos que le hicieron una moción de censura a Rajoy por higiene democrática y para regenerar la vida pública pasan ahora de puntillas por sus escándalos de corrupción en un derroche de cinismo que es revelador del grado de hipocresía que les caracteriza. OKDIARIO, que denunció la corrupción del PP y pidió la máxima contundencia contra quienes cometieron gravísimos delitos, condena la doble moral de la izquierda y sus socios de Gobierno. No les movió el deseo de regenerar la política, sino de acabar con el PP utilizando todos los medios a su alcance. Y unieron sus fuerzas para llegar al poder y, desde el mismo, lanzarse a una estrategia de voladura controlada de la unidad nacional.