Opinión

Si el Gobierno no resuelve el problema de Muface colapsará la sanidad pública

Pese a que el Gobierno ha incrementado la oferta a las aseguradoras que  gestionan la asistencia médica a los funcionarios de Muface, lo cierto es que las compañías no han recibido alborozadas, ni mucho menos, la última propuesta del Ejecutivo, porque en su opinión no se cumplen «dos líneas rojas fundamentales», que pasan por hacer un convenio a dos años -y no a tres-, y por garantizar que «no habrá pérdidas para las compañías». En concreto, según lo anunciado por el Ejecutivo, la prima subirá un 19,37% en 2025, un 7,25% en 2026 y un 4,32% en 2027, con un aumento acumulado en tres años del 33,5%.

La prima media por mutualista al año pasará de 1.032 euros en la actualidad a 1.262 euros anuales en 2027. Porcentajes que siguen estando lejos de las cifras que se necesitan para hacer frente a las necesidades de los mutualistas. El Gobierno, como siempre, reacciona tarde y mal, porque este es un problema que viene de lejos y que el Ejecutivo -dividido sobre la conveniencia de mantener Muface o derivar a este colectivo a la sanidad pública- ha convertido en una subasta. Porque si no hay acuerdo, el sistema de salud pública -que corre a cargo de las autonomías- colapsaría ante la imposibilidad de digerir de golpe la irrupción de un millón largo de personas. Lo que no puede ser es que se deje abandonados a los mutualistas, convertidos en chivos expiatorios de la negligencia gubernamental

El coste que tendrá que soportar el Estado si sale adelante el concierto será superior a los 4.500 millones de euros en los tres próximos años, si bien las aseguradoras entienden que en el mejor de los casos para dar cobertura a 1,5 millones de personas, entre titulares y beneficiarios, la última oferta del Gobierno no cubre «ni la mitad de las pérdidas del último año». Y hay un problema más: la propuesta del Ejecutivo no tiene en cuenta los riesgos reales, pues el envejecimiento de la Administración y los costes que esto lleva asociado no van a ser iguales a los vistos en años anteriores, sino muy superiores. Lo que resulta inaceptable es que a punto de acabarse el tiempo, el problema siga sin resolverse, en gran medida por las diferencias en el seno del Gobierno.