Opinión

Sánchez, quítame la multa de Hacienda que no apoyé el golpe en Cataluña 

Eso sería parecido a la felicidad y no la de sólo-para-ellos que nos desea Pere Aragonés. Porque hay que ser muy falso, descerebrado o cobarde para que este nuevo presidente de la Generalitat, en su discurso durante la toma de posesión de los consejeros, diga que trabajará para lograr la «libertad y felicidad para todos». De todos, ¿quiénes? Nos hicisteis muy, muy desgraciados cuando nos despreciasteis y abusasteis en otoño del 2017. Y no mejoró nuestro bienestar que por culpa vuestra se fueran miles de empresas de nuestra tierra. ¿Y ahora nos haréis felices con más cantos a la independencia? Pero qué se puede esperar de un tipo que dice que es el presidente número 132 de la Generalitat. Siguiendo las razones y los motivos que cree que sustentan tamaña aseveración, nuestro rey Felipe VI debería ser el 20000 de España.

Pero ahí tenemos a este malhadado presidente Sánchez en línea similar dispuesto a reanudar el “diálogo sobre Cataluña” a base de hacerlo con sólo la mitad agresora y ofreciendo indultos y otros ofertones. «Tengo muy claro que la decisión que tome va a tener muy presente los principios y valores constitucionales de concordia, diálogo, entendimiento, superación de la crisis, encuentro. Para mí, esos principios no son la venganza y la revancha», ha dicho. Por suerte, al Tribunal Supremo no se ha sentido aludido por esas desafortunadas atribuciones de venganza e informó en contra precisamente ayer. Aquí aún funcionan un poco algunas instituciones, y el Supremo ya se mostró contrario a al menos cinco indultos en los últimos años por dudas sobre su legalidad. La sospecha de «arbitrariedad» en su concesión es motivo de desactivación pues para concederlos deben cumplir con razones de justicia, equidad o utilidad pública.

Volvamos a esa “justicia, equidad o utilidad pública”. Yo me pregunto, ¿dónde está la justicia, la equidad o la utilidad pública si la mitad de la población fue agredida en el sentido político, pero también en el moral, económico y social? Quienes no participamos en aquel referéndum ilegal, no cortamos carreteras ni vías de tren, no quemamos contenedores ni rompimos aparadores, no hicimos algo tan terrible como invadir un aeropuerto, que con tantos españoles nos manifestamos por España y la Constitución, ¿qué merecemos? ¡Si siguen cortando la Meridiana! La CUP exige al 132nada de la Generalitat fijar fecha para un nuevo referéndum independentista ¡»sincronizado» con el de Escocia si se lleva a término!

Para que hubiera un mínimo de justicia o equidad se nos debería compensar también a nosotros. Igual quitarnos las multas de tráfico. O de Hacienda. Algo. Un detalle. En el BonoLoto de los indultos y gracias, ¿qué nos tiene deparado Sánchez? Porque la única contrapartida positiva al ofensivo indulto ha sido la propuesta de Moncloa sobre una reforma del Código Penal para que la convocatoria de un referéndum ilegal sea considerada de nuevo un delito. Y estos que nos desean felicidad ya han puesto el grito en el cielo y han amenazado con que tal osadía haría saltar las “negociaciones” por los aires.

Indultos. Tejero tuvo que pasar 15 años entre rejas antes de gozar de la libertad condicional. El otro involucrado en el 23F, Armada, sí lo obtuvo del entonces presidente y líder del PSOE. Pero había pedido el perdón cinco veces. Cinco. Y aún no les hemos oído perdón a ninguno de los golpistas, y menos a los que nos gobiernan ahora en Cataluña.

¿Felicidad? Perderos de vista. Pero mientras tanto queremos ‘argo’. Que no sea más duro pedir que robar. Que no tenga más privilegios un sedicioso que un tipo legal. El agresor que la víctima.

Estírate, hombre.