Sánchez desde el Falcon nos riñe por contaminar

Sánchez desde el Falcon nos riñe por contaminar
Sánchez desde el Falcon nos riñe por contaminar

Cuando a finales de 2019 Greta Thunberg vino a España a participar en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, COP25, había dedicado 20 días a cruzar el Atlántico en un velero, con una familia de youtubers australianos y desde Lisboa hasta Madrid se desplazó en tren durante 10 horas. El lunes, para los 190 kilómetros por la autovía A-5 que separan Madrid de la localidad cacereña de Casas de Miravete, Pedro Sánchez necesitó el Falcon, el helicóptero Super Puma y un Audi A8 blindado de 500 CV que desplazó vacío para luego moverse por la zona. Pero pese a la gran diferencia en la huella de carbono que ambos van dejando cuando se desplazan, nuestro presidente hizo unas declaraciones que suscribiría la activista sueca: «El cambio climático mata».

En Monfragüe los ganaderos y agricultores que lo han perdido todo en el incendio recibieron al presidente del Gobierno con un sonoro abucheo. «A la hora del fuego deberías haber estado, no ahora», le gritaban airados, reprochándole que el Parque Nacional estaba sin limpiar ni desbrozar desde hace al menos tres años. «Somos tan verdes que no se puede hacer nada en el campo. Así, ¿quién se va a querer venir?». Se quejaban de la dejadez de un Gobierno que sólo se acuerda de ellos para hacerse la foto, que es a lo único que Sánchez había ido a Monfragüe. Una fotografía que hay que verla para creerla. Apretado como un torero, Sánchez posa delante de los rescoldos con el ceño fruncido. Muy enfadado con todos nosotros.

Pedro Sánchez posa sólo y apartado, para que nadie le grite. Los agricultores y ganaderos que lo han perdido todo afearían su espléndido posado. Con los brazos cruzados y un pantalón vaquero extremadamente ceñido que le marca groseramente la entrepierna, Sánchez nos abronca porque dice que la culpa de que el bosque se haya quemado es nuestra, que contaminamos mucho y estamos provocando un cambio climático que «mata personas, mata nuestro ecosistema, nuestra biodiversidad y destruye los bienes más preciados del conjunto de la sociedad que se ve afectada por estos incendios, sus casas, sus negocios o su ganado». Miradme a mi qué guapo soy, qué paquete tengo y cómo quemo queroseno, piltrafillas.

En realidad, el medio ambiente le preocupa a Sánchez lo mismo que el maltrato a las mujeres, las condiciones de los trabajadores y el progreso social. El que define a su Gobierno como feminista, ecologista y progresista sólo responde a sus egoístas intereses particulares. Sánchez es sanchista por encima de todas las cosas. Por eso utiliza un avión, un helicóptero y un contaminante coche de 500 CV para ir a posar como un Adonis delante del bosque quemado y destina 40 veces más dinero a los planes contra el machismo de Irene Montero que a prevenir incendios. Arrasará con todo, como el fuego ha arrasado media España, mientras él salga guapo en la foto.

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