Los Reyes aciertan en su papel de representación internacional en la cumbre de la OTAN
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Cuando termina la Cumbre de la OTAN en la capital española no está de más recordar que entre las funciones esenciales que corresponden al Rey en la Constitución española está la de asumir la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales. Así consta en el Artículo 56 de la Carta Magna, justo en su primer apartado, lo que elimina cualquier tipo de duda que pudiera surgir al decidir cuál debe ser el papel del Jefe del Estado en un evento tan relevante como el que acaba de celebrarse en Madrid. No ha habido ningún tipo de conflicto en la Cumbre en la que don Felipe no haya asumido su función de primera autoridad del país, sin menoscabo alguno a la figura del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Tampoco lo ha habido entre la Reina Letizia, anfitriona del programa realizado para los acompañantes de los mandatarios, con la ayuda en segundo plano de la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez. Las dos han desempeñado su labor con destreza, soltura y empatía, volcándose en hacer amena e interesante su estancia en la capital española para lo cual se preparó una agenda en la que se han mezclado hábilmente visitas de tipo cultural a lugares tan diversos como el Real Sitio de la Granja, donde vieron funcionar las fuentes construidas por encargo del Rey Felipe V, primer monarca de la dinastía Borbón española, con la contemplación del icónico Guernica de Picasso.
Don Felipe ha dado una lección más, durante los días de las decisivas reuniones de los mandatarios de los países pertenecientes y aspirantes a ser parte de la OTAN, de su perfecta manera de llevar a cabo esa importante tarea de ser el máximo representante de España ante los dirigentes de la Comunidad internacional. Lo hace con una elegancia y una naturalidad admirables, sin sombra de arrogancia ni indecisión, creando una atmósfera de confianza imprescindible ante tantas personalidades relevantes algunas de las cuales no ha visto con anterioridad. Su actitud facilita el que los invitados no se sientan inhibidos en algunos escenarios tan particulares como puede ser el comedor de gala del Palacio Real y es fundamental para que se hallen cómodos y disfruten de la experiencia única de cenar en un lugar excepcional.
A la hora de hacer balance de lo que han aportado los Reyes Felipe y Letizia a que la Cumbre de la OTAN fuera un evento exitoso para España, que contribuyera a dar una imagen en positivo de nuestro país, hay que ser generosos y elogiar el papel de los integrantes de una institución que se preparan desde niños para desempeñar esa función y que lo hacen de una forma perfecta. Con un plus añadido en el caso de la Reina Letizia que ha tenido que dedicar mucho tiempo de su vida, desde que se casó con el entonces Príncipe de Asturias, a prepararse para ejercer su labor de forma perfecta. Misión cumplida por parte de la pareja real.
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