Opinión

El Rey Felipe VI, en su sitio

Ajeno a los espumajos de color verde, sereno ante las adversidades, consciente de su responsabilidad ante su jefe, el pueblo español, el Rey Felipe VI continúa andando con su propio paso inmerso en el rol que la Constitución le marca. Punto.

Estuvo el columnista muy atento durante los recientes actos de la Fiesta Nacional a los procederes del Rey, tanto en lo televisado como en el acto posterior en el Palacio Real. Quizá un poco cansado, no me atrevería a decir triste, porque un rey constitucional no tiene derecho a que le embargue la melancolía.

El resto son paqueiradas al uso que el Monarca capea sin despeinarse. Su máxima preocupación, por lo que parece, es representar a la gran nación española con la dignidad que se merece, y el resto se dará por añadidura. Ahí está la princesa Leonor, en la que hay coincidencia mayoritaria (la unanimidad es imposible y tampoco deseable) entre los ciudadanos en admitir su sentido de la responsabilidad y entrega a la causa. Sólo por ello, la Reina Letizia, que algo habrá tenido que ver en ello, se merece el respeto que algunos la cicatean.

En la década larga que lleva al frente del Estado, cuando todavía no habían aparecido las canas y la barba era de color negro, es difícil encontrar algún fallo desde el punto de vista institucional o político si se quiere. Los independentistas le odian, natural. Salió a defender al Estado cuando ellos quisieron convertirlo en una bagatela. Afortunadamente, no es poco, ahora puede visitar una parte del territorio nacional, Cataluña, con una cierta normalidad. Insisto, no es poco.

En ocasiones he tenido la tentación de imaginar (imaginar es gratis, al menos por ahora) qué sería de España institucionalmente en las actuales circunstancias si la forma de Estado fuera distinta a la que es.

El Rey Felipe con transmitir serenidad a un pueblo sureño de Europa –siempre en la tentación de maximalismo,–y ser cuidadoso, muy cuidadoso, con los denarios que el pueblo deposita en sus manos para ejercer su función, podrá escamotear cualquier página negra en su particular historia y en los años que dure su reinado.