Opinión

Que el voto por correo dependa del íntimo de Sánchez es para echarse a temblar

Por muy eficaz y comprometida que sea la labor de los trabajadores de Correos -ellos no son culpables de nada, en todo caso víctimas de la situación-, lo cierto es que a 11 días para las elecciones del 23J apenas un tercio de los votantes que han solicitado el voto por correo ha recibido la documentación electoral. Es una estimación basada en las cifras de los sindicatos, porque a día de hoy la empresa pública que preside el amigo íntimo de Pedro Sánchez, Juan Manuel Serrano, no se ha dignado en facilitar dato oficial alguno. Según CSIF, ya se han procesado 2,2 millones de peticiones de voto por correo, y creen que la cifra final puede acercarse incluso a los 3 millones, todo un récord. La falta de personal es palmaria y los retrasos evidentes, pero las promesas de la dirección de la empresa de reforzar la plantilla en estos días se han cumplido sólo a medias, porque al menos la mitad de los efectivos no se ha incorporado aún a las oficinas.

Cada vez son más los españoles que habiendo solicitado el voto por correo ven cómo pasan los días sin que hayan recibido la documentación electoral, pese a que no pocos iniciaron los trámites hace más de un mes. Desde el pasado 30 de mayo, y hasta el 13 de julio, los ciudadanos tienen de plazo para solicitar el voto por correo. Del 3 al 16 de julio, la Oficina del Censo Electoral envía la documentación, que Correos entrega al elector antes de que finalice el plazo para depositar el voto, el 20 de julio. Si centenares de miles de solicitantes no han recibido aún las papeletas, los tiempos empiezan a acortarse de forma preocupante, hasta el punto de que muchos no ocultan su desconfianza y el temor a que no puedan ejercer su derecho de sufragio. No se fían y su desconfianza está justificada. A medida que pasan los días la situación se agrava y el caos en las oficinas no invita precisamente a la tranquilidad.