Que te quiera Junqueras y te vote Txapote

Que te quiera Junqueras y te vote Txapote
Que te quiera Junqueras y te vote Txapote

Cuando Pedro Sánchez estaba en la oposición, hace apenas cuatro años, formaba parte de los llamados constitucionalistas que apoyaban la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña y decía cosas como que “lo que se produjo el pasado 6 y 7 de septiembre (de 2017) en el Parlamento de Cataluña se puede entender como un delito de rebelión, yo creo que lógicamente lo es, clarísimamente ha habido un delito de rebelión en España”. Estas palabras las pronunció en una entrevista en Antena 3, el 17 de mayo de 2018, tan sólo un par de semanas antes de la moción de censura que le llevó a la presidencia del Gobierno gracias al apoyo de los golpistas catalanes; lo que le hizo cambiar de opinión, ordenando inmediatamente a la Abogacía del Estado que rebajara su acusación de rebelión a sedición. Lo explicó en el Congreso el 26 de octubre de 2018, diciendo que “el delito de rebelión se tiene que dar por militares o por civiles armados a la orden de militares”.

«El presidente del Gobierno nunca ha dicho que ha visto un delito de rebelión en Cataluña. El presidente del Gobierno no ha dicho eso nunca», explicaba Carmen Calvo, por entonces vicepresidenta y ministra de la Presidencia de Sánchez, queriendo decir que Sánchez se ha transmutado por el poder de la investidura, dejando de ser la persona que era antes de convertirse en presidente del Gobierno y convirtiéndose en otro ser distinto, de opiniones diferentes. La importancia de este cambio está en que una condena por rebelión conlleva hasta 30 años de prisión e inhabilitación, mientras que la de sedición tiene una condena máxima de 15 años. Así los golpistas catalanes fueron condenados a penas que iban desde los 13 años de Junqueras hasta los 9 de los Jordis.

Pero esta no ha sido la única transmutación sufrida por Sánchez. El 14 de octubre de 2019, en plena campaña de las elecciones generales del 10-N, se comprometió en público a que los golpistas condenados por el Tribunal Supremo cumplirían íntegramente sus penas. “Conocido el sentido de la sentencia del Tribunal Supremo quiero manifestar el absoluto respeto y el acatamiento de la misma por parte del Gobierno de España y el acatamiento significa su cumplimiento, reitero, su íntegro cumplimiento”, aseguró. Pero ése era el Pedro Sánchez candidato, una vez investido volvió a transmutar y les concedió el indulto sin que reunieran ninguna de las tres condiciones imprescindibles, ya que ni lo habían solicitado por ellos mismos, ni habían manifestado arrepentimiento, ni habían acatado la Constitución. Pero este indulto que sacó de la cárcel a los golpistas tras pasar poco más de tres años en prisión, no afectó a la condena de inhabilitación absoluta que sigue afectando a todos ellos.

Para arreglar ese problemilla de los golpistas, Sánchez ha vuelto a transmutar y está negociando con ellos una reforma del Código Penal que rebaje las penas que afectan al delito de sedición, para que puedan volverse a presentar a las elecciones, ocupen de nuevo cargos públicos y estén en condiciones de volver a declarar la independencia de Cataluña dando otro golpe de Estado, como han asegurado que van a hacer, pero ahora con la experiencia de que les sale casi gratis. No es el mismo Pedro Sánchez que decía que Junqueras y compañía habían cometido un delito de rebelión por el que debían cumplir íntegramente 30 años de condena, se ha convertido en otra persona que ahora indulta golpistas y cambia las leyes para que puedan volver a hacerlo. Ahora es el Pedro Sánchez que traslada a todos los presos etarras a cárceles controladas por un Gobierno vasco al que ha transferido las competencias de prisiones para que puedan sacarlos a la calle mediante otro indulto encubierto. Así, que te quiera Junqueras y te vote Txapote.

Lo último en Opinión

Últimas noticias