Opinión

Que imputen ya a esta gentuza

Cataluña está consumida por la violencia y la zafiedad independentista. La justicia tiene que imputar a cualquier persona que enaltezca el odio y la violencia. Por ejemplo, al profesor de Derecho Antoni Abat. Este ideólogo de ERC ha sugerido que el movimiento independentista necesita «10 muertos» y «paralizar la economía» para triunfar. Una irresponsabilidad supina, además de una infamia, que no debe escapar al control de la Fiscalía y del Tribunal Supremo. ¿Quién se cree que Oriol Junqueras y los Jordis vayan a acatar la Constitución cuando sus acólitos hacen este tipo de declaraciones? La región catalana cada día se parece más a un Estado totalitario que vive al margen de cualquier control y donde los sediciosos campan a sus anchas.

Además de las abyectas declaraciones de Abat, de sus intolerables bravatas y amenazas, los sediciosos están convirtiendo la vida de los ciudadanos en un infierno. Si graves son las declaraciones del ideólogo de ERC, no es menos grave que el subdelegado del Gobierno en Gerona, Juan Manuel Sánchez-Bustamante, se vea obligado a dejar un partido de baloncesto por las amenazas de los separatistas. Miles de personas, por el mero hecho de vivir con arreglo a la ley, son señalados jornada tras jornada por aquéllos que desprecian y pisotean el Estado de Derecho. Si hacen esto con una autoridad pública como Sánchez-Bustamante, ¿qué no harán con las personas de a pie?

Este tipo de modus operandi ruin habla bien a las claras del futuro que le espera a la región si finalmente se constituye el Parlament golpista. Un futuro donde el desempleo crecerá hasta calcar las cifras que Cataluña tenía durante la crisis. Un futuro sin inversión internacional, que huirá despavorida. Un futuro sin presidente posible, ya que Puigdemont será detenido si regresa a España y fuera de España es un mero huido de la justicia. En definitiva, un futuro sin futuro que conllevará la ruina para los catalanes y, por extensión, dañará gravemente la prosperidad de todos los españoles. Ante este dislate constante, sólo hay una opción: que imputen ya a toda esta gentuza.