Opinión

Las promesas licuadas de Pedro Sánchez

Cuando a Pedro Sánchez se le pregunta sobre el riesgo de un corte de suministro de gas o de electricidad en invierno, siempre responde lo mismo: que no hay peligro alguno de restricciones y que quienes extienden teorías apocalípticas son una suerte de antipatriotas que se alegrarían de que sus augurios se hicieran realidad. Pero Pedro Sánchez es consciente de que la situación es complicada tras el corte del gasoducto del Magreb. No en vano, el Gobierno dio la orden de importar por barco todo el gas licuado posible procedente de Argelia. Un mes después de esa orden, las reservas de gas licuado se encuentran en estos momentos un 21,1% por debajo de la expectativa marcada.

Y es que para conseguir incrementar las reservas de gas de cara al invierno, el Gobierno se marcó unos objetivos anuales recogidos en la tabla que OKDIARIO ofrece hoy a sus lectores. Pues bien, hasta octubre los datos cumplían las expectativas, pero a partir de la primera semana de noviembre la situación ha cambiado de forma drástica. Si el 10 de noviembre el objetivo era haber tenido 19.399,9 GWh, sólo se había conseguido acumular 16.767,8 GWh. El último dato conocido es más preocupante todavía: frente a los 19.431,4 GWh perseguidos, la acumulación real marcó ese 21,1% menos antes mencionado: 16.048,9, cantidad inferior a la acumulada un mes antes

En cuanto a las reservas hidráulicas, se sitúan en 5.953 GWh, cuando el año pasado por las mismas fechas llegaban hasta los 8.469 GWh y el pasado mes de febrero se situaban en el doble del nivel actual. Estas son la cifras reales y lo demás son las promesas licuadas de un Ejecutivo que vive inmerso en una realidad paralela. No se trata de atemorizar, sino de contar la verdad. Desde hace semanas, OKDIARIO viene insistiendo en que enero puede ser un mes crítico, tal como han advertido las compañías eléctricas. Pero Sánchez sigue a lo suyo: demonizando a todos aquellos que se atreven, con datos, a bajarle de la nube.