Pedroche: la neoliberal de Vallecas

Pedroche: la neoliberal de Vallecas

Cristina Pedroche es una ‘choni’ maciza de Vallecas, comunista, admiradora de Alberto Garzón, votante de Izquierda Unida, que desprecia a las pijas con perlas que votan al PP. Lleva poco más de un año casada con Dabiz, el cocinero propietario del restaurante de moda, DiverXo, al que no pierde oportunidad de mostrar un amor sumiso y entregado. La pareja es a la vez una potente empresa de marketing que no pierde ninguna oportunidad para promocionarse en los medios y en las redes sociales. Aperturas de nuevos restaurantes, vacaciones de súper lujo, joyas… la chica de barrio muestra continuamente su capacidad para sacarle partido a la buena vida. La típica izquierda caviar española.

Desde hace tres años su momento de gloria son las campanadas de nochevieja. Comenzó en 2014 en La Sexta, donde alcanzó el record histórico de audiencia de la cadena, superando incluso a Antena 3, la cadena principal del Grupo Atresmedia. Así que en 2015 dio el salto a Antena 3 donde consiguió doblar su audiencia, pasando de cuarta a segunda posición, por delante de Telecinco. Audiencia que aún ha mejorado este año. Pero donde la Pedroche da de verdad las campanadas es en las redes sociales, en las que su vestuario es el tema más comentado año tras año. Porque no nos engañemos, la audiencia no la proporciona la presentadora sino su vestido o, mejor dicho, lo que su vestido siempre deja ver.

Este tema es utilizado a la vez por el feminismo más radical y por el conservadurismo más rancio, para criticarla. El problema para las activistas de género es que, como la ‘choni’ es comunista y de Vallecas, se tiene que retorcer el argumento para convertirla también a ella en víctima del heteropatriarcado capitalista, culpando de la utilización mercantil del cuerpo de la maciza, a la explotadora empresa que la usa como un clínex, para conseguir un lucro vergonzoso. ¡Y se quedan tan anch@s! Si no fuera porque Cristina y su marido se esfuerzan en contradecirles. En su restaurante, esta pareja cobra el menú a 200 euros sin agua, ni cerveza, ni un mísero café, que cobran aparte y posiblemente muchos de sus clientes sean esos votantes del PP a los que la Pedroche dice que no soporta. Si hay que ponerse de rodillas, suplicando, delante de un televisor de última generación que cuesta casi 3.000 euros, para subir la foto a internet a ver si la maldita empresa capitalista se lo regala, la chica se pone de rodillas. Fotografías en el jacuzzi de hotelazos, viajes alrededor del mundo… y así todo.

Y todo está bien. Está bien que los telespectadores tengamos libertad para elegir ver las campanadas en multitud de canales, deberían ser aún más, sin licencias estatales que lo limiten. Está bien que cada canal elija su estrategia comercial para conseguir la audiencia y la imagen de marca que deseen. Está bien que una mujer pueda usar su propio cuerpo como le plazca, para taparlo o enseñarlo como desee, consiguiendo así los objetivos que ella elija. Está bien que a la Pedroche y a su marido les guste el lujo y la buena vida, y que trabajen para conseguir lo que desean. Hasta está bien que los demás opinemos de una vida privada que ellos exponen para obtener beneficio económico. Pero vamos a llamar las cosas por su nombre, todo esto está bien porque es liberal, nada que ver con el comunismo

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